Empezó la nueva legislatura con tres nuevos proyectos de ley sometidos por la Presidencia: fideicomisos, combustibles y compras y contrataciones. Este último luce de plano problemático para ser aprobado, pues se relaciona con controles anticorrupción; o sea, afecta los intereses de los políticos. La experiencia indica que son proyectos con esa característica los de aprobación más dificultosa. En esa línea estaba la ley de partidos, aprobada tras largos años y que resultó ser una chapucería; ley ideada en función de intereses partidarios. Pero ningún otro proyecto supera en esas lides al de ley de extinción de dominio. Parece temido por políticos como ningún otro. Los legisladores se pronuncian todos a su favor pero luego nada vemos.