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La investigación de los agentes estadounidenses Ed Davis y Rac Prado del atentado en que resultó gravemente herido el carismático expelotero David Ortiz se prestar para atar muchos cabos sobre la aparente protección que sectores de poder brindaban al célebre César Emilio Peralta (César el Abusador).
A pesar de que desde un principio se le señaló como autor intelectual de la trama contra el afamado exjugador, el entonces procurador Jean Alain Rodríguez hizo todo lo posible por apartarlo de todo tipo de sospecha. Y de ahí la ridícula versión que no convenció ni a los más creyentes en historietas.
David reveló que Jean Alain lo había llamado en dos ocasiones para que respaldara la investigación porque se tenía el temor de que si se involucraba a César el Abusador este podía denunciar a los funcionarios civiles y militares que según Estados Unidos protegían sus operaciones. No ha de olvidarse que en el gigantesco aparataje para capturarle, a finales de agosto de 2019, el célebre capo pudo, al estilo Houdini, escapar de las narices de las autoridades.
La versión que circuló fue que se le avisó para que dejara el limpio, desacreditando la versión de los servicios de inteligencia de que lo vigilaban de cerca desde hacía cinco años. Antes de aparecer en Colombia las autoridades dominicanas insistían en que lo tenían ubicado e incluso que le pisaban los talones.
En el aparatoso operativo encabezado por el Ministerio Público fueron detenidas muchísimas personas, pero nunca se supo si Jean Alain identificó o siquiera interrogó a algunos de los funcionarios civiles y militares que según Estados Unidos protegían el alegado tráfico de drogas y el lavado de dinero que se atribuía a César el Abusador.
Hay muchas razones que validaban la afirmación de que el Gobierno prefería no tocar al señalado narcotraficante, quien por demás era concuñado del finado alcalde de Santo Domingo Este y miembro del Comité Político del PLD, Juan de los Santos.
Para más, cuando detuvieron a su esposa, César el Abusador reclamó desde la prisión en que estaba en Colombia la inmediata liberación con la advertencia de hablar si no se hacía. Por supuesto que fue liberada. Hay todavía más indicios que sugieren que el supuesto capo, quien solía compartir con amigos y se desplazaba, cual exhibicionista, en vehículos de alta gama, gozaba de protección y la máxima consideración del poder.
A raíz de la investigación que ordenó al excomisionado de la Policía de Boston y al exagente de la CIA sobre el atentado en que resultó herido, David Ortiz reveló que las llamadas de Jean Alain eran para proteger a César el Abusador por miedo a que este denunciara sus vínculos con el poder de entonces. Y todavía quedan más cabos sin atar.
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