El autor es periodista. Reside en Santo Domingo

POR EDDY PEREYRA ARIZA

En esta era del cambio, que promueve el presidente Luis Abinader, donde se aclara la diferencia entre la autoridad y el autoritarismo, el derecho a la comunicación resulta fundamental para la calidad democrática y el avance hacia un verdadero Estado de derecho, opuesto a la idea de que las instituciones públicas están por encima de todo, incluso de las leyes.

 Los ciudadanos, absolutamente, son portadores de derechos, y estos derechos comprenden la libertad de buscar, recibir y difundir informaciones e ideas de toda índole, sin consideración de fronteras, ya sea oralmente, por escrito u otras vías. Somos libres de expresar y difundir el pensamiento, salvo que se atente contra la honra de las personas, el orden social o la paz.

El desagradable evento que se hizo viral, ocurrido en el Centro de Retención Vehicular ubicado en las instalaciones del antiguo Canódromo, emprendido por agentes de la Dirección General de Seguridad de Tránsito y Transporte Terrestre- Digesett, contra periodistas y el Defensor del Pueblo, retrotrae una contrariedad institucional.

Al menos lo que hemos visto y percibimos, es que hay un comportamiento frecuente de los miembros del Digesett hacia el trato de periodistas. Tenemos la idea de que hay avances en la transparencia administrativa de esa institución, pero siguen las actuaciones excesivas e irreprochables de muchos de sus miembros, por lo que el mensaje positivo se debilita.

 Esa mala práctica de los reorganizadores del tránsito, viene de lejos. Solo mencionaré el absurdo caso de un agente apellido De los Santos, quien se encontraba apostado vestido de negro en los alrededores de la casa del expresidente de la República de la avenida Enriquillo de esta ciudad, parando a vehículos pequeños o cuya pintura no estuvieran en buen estado, llegando al exceso de multar a los conductores de varios de ellos con motivos irregulares. El periodista Ramón Espinal, que le da seguimiento al transporte terrestre, relató que ese agente de Digesett, sigue campante produciendo situaciones de violación a la Ley de tránsito 63-17.

Los agentes del Digesett, no tienen consideración, ni flexibilidad con los periodistas y trabajadores de la prensa como camarógrafos y fotógrafos. A menudo interrumpen sus labores, incluso han agredido verbal y físicamente a muchos, lo que valida el irrespeto y la cultura de la prepotencia. Inversamente, la prensa siempre le ha dado apoyo al tránsito, a los agentes y su desenvolvimiento.

Creo que con solo enseñarles lo que piensa el presidente Abinader, sobre la libertad de prensa, sumado a una campaña sobre el buen trato a la ciudadanía, incluyendo a los que muestran inconductas, tomando las medidas legales sin violencia, se provocaría el inicio de un cambio en el comportamiento de los miembros del Digesett.

En una relación social, entre la gente que es mediada por imágenes, cualquier situación genera una deliberada o espontánea implosión en el espectáculo o en el atractivo de las informaciones que resultan desagradables, por lo que, sería importante que el director de Digesett, general de brigada Ramón Antonio Guzmán Peralta, quien como gerente posee una buena imagen y credibilidad, arengue o anime a sus tropas en todo el país, con un mensaje  de moderación, corrección y prudencia dentro del marco legal y en correspondencia con la política de cercanía social del gobierno constitucional. 

En esa cruzada, deben de contribuir, el presidente del Colegio Dominicano de Periodistas-CDP, Aulerio Henríquez y el secretario general del Sindicato Nacional de Trabajadores de la Prensa-SNTP, José Beato, para que acompañen al general Peralta en ese diálogo de orientación y amistad, con los mandos superiores del Digesett y sus agentes. Esto podría ayudar.

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