POR RAMON MESA 

Es realmente preocupante la actitud de las autoridades del Castillo del Cerro, un patrimonio-museo de San Cristóbal que está supuesto a permitir el acceso de visitantes turistas y, sobre todo, estudiantes, en el interés de conocer el pasado nefasto de la dictadura de Trujillo.

Sin embargo, los que usualmente acompañamos a los centros educativos en esta labor de conocer la historia, en calidad de guías, nos encontramos con la negación y el descaro del impedimento de entrada al edificio, o tener que sujetarnos a la voluntad de que, quien dirige allí reciba una carta y decida si recibirte o no, cuándo y cómo.

Esto constituye, además de un obstáculo para el  desarrollo turístico que están propiciando  las autoridades de San Cristóbal y el Gobierno, una negación de los derechos del sancristobalense a conocer sus patrimonios y su historia.

Una actitud, de parte de la Dirección de Penitenciaria  acorde con el trujillismo que originó la construcción del edificio durante la dictadura.

Recientemente me presenté al referido patrimonio para guiar un grupo de estudiantes, y me llevé la impresión de que Trujillo sigue habitando la mente de sus autoridades. Esa fue también la conclusión de los 50 estudiantes que querían conocer su historia.