Tenemos una gran admiración por los países escandinavos, especialmente por Finlandia. Nos pusimos a indagar que hace un país con climas tan extremos, donde las temperaturas han llegado a bajar -50 Grados centígrados, con noches eternas, pues hay días en los que no sale el sol, para ser considerado la nación más feliz de la tierra por quinto año consecutivo.

Entre varios elementos que se conjugan para llegar a este éxtasis social, hay tres que se destacan y son, la salud, la educación y la seguridad ciudadana.

El sistema de salud pública en Finlandia es universal. Es de primerísima calidad e Igual para todos. Es financiado por los impuestos que pagan los finlandeses. Se invierte el 13% del presupuesto en este renglón

En cuanto a la educación es gratis y obligatoria. aunque los colegios privados no están prohibidos, en Finlandia hay muy pocos y los que existen, no pueden cobrar por la enseñanza básica (7 a 16 años) ni rechazar a ningún alumno. El gobierno Invierte casi el 12% de su presupuesto en el sistema educativo.

Finlandia ha ocupado, en varias ocasiones, el primer lugar del mundo como país más seguro. Esto se ha alcanzado precisamente por la heterogeneidad de sus servicios y la equidad en sus aplicaciones.

La desigualdad ha llegado a lugares muy bajos y han logrado algo muy difícil en el comportamiento humano y es que, los finlandese se preocupan por el bienestar de los demás. Eliminando, en gran parte, el resentimiento social.

Disfrutan de su naturaleza ya sea el sol de medianoche en verano, sus grandes y exuberantes bosques, las luces de sus espectaculares auroras boreales y hasta las frías y eternas noches de invierno la gozan tomando una sauna y aunque usted no lo crea, con un chapuzón en un lago helado.

¿Resultado? Han conseguido tener un pueblo sano, educado y seguro que es el trípode necesario para un verdadero desarrollo. Si a esto le agregamos que es el país con menos corrupción en el mundo, podríamos decir que estamos ante el edén en la tierra.

Con un área de alrededor de 340,000 kilómetros cuadrados, siete veces mayor que la República Dominicana, solo tiene seis provincias y un gobierno dirigido por once ministerios, lo que ha mostrado ser suficientes para lograr la eficiencia. Ha conseguido lleva a sus cinco millones y medio de habitantes a estar, por muchos años, en los primeros lugares de desarrollo político y social.

Todo esto está a punto de cambiar por la tozudez de algunos de sus dirigentes. De manera irresponsable, desde nuestra óptica, se les ha metido en la cabeza formar parte de la OTAN, aun en contra de las advertencias de los rusos que ven esta acción como otro atentado a su seguridad, igual al de Ucrania y una provocación más de los Estados Unidos de América.

Hay que destacar que Finlandia importa el cien por ciento de sus necesidades de combustible, la mayoría desde Rusia y casi toda su industria depende del gas natural de los soviéticos. Solo este dato debería ser un freno para que los finlandeses no se embarquen en una innecesaria, peligrosa y extemporánea aventura.

Que Santa Lucia y San Esteban, santos venerados por ese pueblo, les abran los ojos del raciocinio y puedan advertir que están a punto de cometer una locura.

CarlosMcCoyGuzman@gmail.com

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