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A la luz de los acontecimientos actuales, a dos años de las próximas elecciones presidenciales dominicana, con un escenario tripartito en lo institucional pero polarizado en el liderazgo; nos preguntamos: ¿qué rol jugará el anterior Presidente Danilo Medina Sánchez?
La pregunta va en la dirección del crecimiento horizontal y vertical del Partido Fuerza del Pueblo, que ocupará la
tercera casilla en la boleta electoral y en los últimos meses ha recibido una transfusión importante del Partido de la Liberación Dominicana. Sin embargo, esta joven organización, difícilmente lograría el poder sin el apoyo de por lo menos el 80% del voto de todos los bochistas.
Algunos analistas nos comentan en privado que el Presidente Medina en este contexto se encuentra en un palo encebado, pues -según su historial- nunca ha sido una figura institucional en lo partidario, dado que incluso desde el poder, fungió como el jefe de una tendencia o grupo pero ahora estaría obligado a ser imparcial en su rol del Presidente del PLD. En tal sentido, se teme que él podría mantener su obstinación personal de impedir que el también ex presidente de la República, doctor Leonel Fernández regrese al poder, decisión que automáticamente sugeriría un acuerdo para garantizar la continuidad del actual Presidente Luis Abinader en el poder hasta el 2028.
En este contexto y escenario posible, dirigentes del peledeismo histórico así como una inmensa mayoría de miembros de las bases, verían con angustia cómo se alejaría la posibilidad de regresar a sus puestos de trabajo, de los cuales fueron desvinculados por la presente Administración. De igual manera, el pueblo que no
es tonto, también entendería que dicho apoyo, lejos de perjudicar políticamente a Leonel Fernández, sea para beneficiar a Medina en los procesos judiciales que pesan sobre sus principales colaboradores y familiares directos ante la PGR
Otros dicen qué una vez concluido el proceso de escogencia del candidato o candidata presidencial del PLD en un proceso abierto y sin trauma, es decir, donde no se aprecie la mano del Presidente Medina a favor de uno contra los demás, este partido podría remontar y clasificar para una segunda vuelta con el Presidente Abinader. Si este fuese el caso, Leonel sería de nuevo el hombre que tendría en sus manos un posible triunfo de esa candidatura y también estaría en el mismo palo encebado de no ayudarlo a ganar.
Pero si el electorado plantea un escenario inverso, entonces Danilo tendría la obligación de facilitar un acuerdo político con el mismo propósito o fin.
Si Danilo, en cambio, da paso a lo lógico y políticamente correcto, podría enfrentar un proceso de desobediencia dentro de su partido, incluidos miembros del Comité Político y una inmensa mayoría de las estructuras
que se volcarían en un camino sin retorno hacia la Fuerza del Pueblo.
En consecuencia, entiendo qué siendo
la primera vez en la historia democrática de República Dominicana que hay tres ex presidentes vivos y activos políticamente y un Presidente de la República en ejercicio con opción a continuar por varias razones, las estrategias en campañas electores serán
la clave del triunfo.
Todo dependerá de las cartas que se
jueguen y la capacidad de los líderes en concertar alianzas para sumar una mayoría calificada que garantice el triunfo de acuerdo a la Constitución.
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