La silla ajena suele parecer más cómoda, pero “ser el otro” siempre es fácil cuando no hacemos lo que hace. Escuché decir a John Maxwell que “nos convertimos en lo que hacemos” y W. Allen dijo: “es mejor hacer que decir porque cuando hacemos las cosas se dicen solas”. Hoy quiero decirte que “el cómo haces las cosas siempre dirá quién estás siendo, que porque las haces, hablará de tu carácter y finalmente que el resultado de lo que haces revela tu esencia”. Sabes, lo que para otro es un trabajo, para ti puede ser una misión, tal vez un reto, o una compensación. Es fácil ser el otro sin tener que hacer lo que hace el otro. Piénsalo, las opiniones no cambian al mundo, pero las decisiones sí.