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Bajo los auspicios del Mirex, en su Dirección de Carrera y el Instituto de Educación Superior en Formación Diplomática y Consular (INESDYC), que lleva como nombre, Eduardo Latorre Rodriguez, el Canciller histórico, con quien en la década de los 90, tuvimos el alto honor de compartir ideas por una diplomacia proactiva capaz de coadyuvar a la construcción de un mejor país, se desarrolló el Curso de Política Exterior y Geopolítica, coordinado por un formidable equipo profesional, en el contexto del cual tuvo lugar un valioso entrenamiento que brindó una excelente oportunidad, a los fines de elevar la calidad de los agentes diplomáticos de carrera.
Debemos de reconocer que el Mirex con el recién finalizado entrenamiento diplomático está rompiendo paradigmas, pues nunca antes en su historia, se había organizado una actividad de este genero con la participación de técnicamente 100 diplomáticos de carrera concomitantemente.
Al principio, teníamos nuestra reserva por el gran numero de participantes. Sin embargo, debo reconocer, que los magnificos resultados superaron con crece nuestras expectativas, y que consideramos que tienen lugar por la incidencia de tres factores:
Primero.- El alto nivel de organización del curso de Política Exterior y Geopolítica, y la plena entrega de sus organizadores.
Segundo.- El profesionalismo de los conferencistas, haciendo gala con magnificas ponencias, tocando tópicos altamente sensibles al interés nacional e internacional. Cerrando con la entrega magistral del profesor amigo, embajador Juan José Martínez, sobre fundamentos de la diplomacia bilateral y multilateral.
Y tercero.- La dedicación sistemática de los cursantes, su participación ingeniosa en los debates hizo del recién finalizado entrenamiento diplomático un escenario dinámico, atractivo y muy productivo.
Lo que nos mueve de manera muy sincera a felicitar a los organizadores de tan magno evento educativo.
Y para el futuro, de ser posible, estimo conveniente la organización de un evento similar, para la narración de valiosas experiencias diplomáticas de todos los agentes del área, lo que podría servir de motivación a las nuevas generaciones de diplomáticos, al apreciar en la práctica métodos y formas del ejercicio diplomático; y a su vez, nos ayudaría a ver como consolidar la inserción del servicio diplomático en el plano nacional e internacional.
Finalmente, tomando en cuenta que no hay nada más noble que unir a los pueblos; una de las misiones fundamentales del representante diplomático debe ser consolidar las relaciones entre su estado acreditante y el estado receptor. Acción que nos erige como mejores servidores diplomáticos.
Por: Jose Manuel Castillo
embajadorcastillo@gmail.com
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