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El autor es licenciado en Diplomacia y Servicios Internacionales. Reside en Santo Domingo
República Dominicana está siendo atrincherada y pasa por una situación que pocos Estados soberanos han atravesado. La Patria que amamos todos se encuentra atrincherada ante directrices foráneas. El nacionalismo hoy en día debe resurgir y dar una estocada letal a aquellas fuerzas que destruyen o buscan destruir la identidad y soberanía nacional.
Volvemos a manifestar, que el nacionalismo será determinante para la supervivencia de la civilización dominicana. El nacionalismo será determinante en los procesos electorales venideros. El nacionalismo dominicano es el norte. El nacionalismo dominicano es necesario para la cohesión o unidad nacional.
Hoy día, el delincuente internacional, alias «Barbecue», es una especie de Bin Laden, dos terroristas desalmados, el último fue una amenaza mundial, el otro, es un vil bandolero que goza de algún respaldo foráneo y que se nutre del tráfico de drogas, del terrorismo de Estado y que, como punta de lanza busca crear el caos en Haití y provocar un éxodo masivo hacia la parte oriental de la isla.
República Dominicana quiere lo mejor de Haití, pero allá. El pueblo soberano dominicano no quiere haitianos en campos de refugiados. Debe ser evitado cualquier intento de campos de refugiados y que, al final, es buscar un «choque de civilizaciones» y conflictos étnicos a gran escala. Analicen bien la situación, que a la larga podrían hacer correr sangre entre la Primera Civilización de América y el Primer Estado Negro del mundo.
Las sanciones internacionales injustificadas son métodos coercitivos y a la vez un tipo de dictadura que en muchas ocasiones pisotea los derechos constitucionales de las naciones. Para sancionar, primero hay que incumplir alguna normativa internacional y segundo, debe ser determinado por un órgano internacional competente. Ningún Estado jurídicamente es superior a otro, ni tiene más moral que otro estado.
Haití necesita ayuda, pero allá. Haití necesita el apoyo, pero allá, no aquí. Los haitianos necesitan, se ataquen sus males, de allá, no los de aquí. Las bandas haitianas sí que han violado los derechos humanos de ciudadanos haitianos, e incluso de dominicanos.
El Estado dominicano tiene el deber de proteger sus ciudadanos en cualquier lugar que se encuentren. Hemos sido diplomáticos, porque otras naciones por menos de ahí invaden pueblos.
El «líder» Barbecue mientras planea más secuestros y exterminio, ONG y los mismos estados de siempre se debaten en cómo presionar más a la nación que más ha ayudado a Haití.
República Dominicana es el único Estado en liberarse de un pueblo y luego cargar con ese pueblo, demostrando que es el Estado más cristiano y humanitario del continente; no por tener la Biblia en su Bandera, sino con hechos, tan prácticos y humanos como ayudar a los haitianos: pero allá…
“Por la Patria: Todo”.
jpm-am
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