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A lo largo de los años República Dominicana ha tenido diversas disputas, por distintos motivos, con Haití y otros países, como es parte ordinaria no solo de la vida entre humanos sino también de los Estados.

En esas circunstancias la respuesta de nuestro país no ha lucido uniforme, proporcional o muy organizada en cada uno de esos eventos, es por ello que en esta ocasión propongo que el Poder Ejecutivo elabore un protocolo de gestión de crisis internacionales donde se definan las distintas escalas de gravedad y se defina el mejor curso de acción en cada caso y los planes de contingencia y continuidad alrededor de cada una de esas acciones.

Los protocolos de gestión de crisis de esta naturaleza tienden a ser elaborados por equipos multidisciplinarios desde múltiples ministerios, tienden a no ser públicos por tratarse de asuntos de seguridad nacional, y se elaboran con el propósito de ser utilizados por cualquier incumbente indistintamente del partido político que gobierne.

El objetivo es elaborar la caja de herramientas del Estado dominicano para hacer frente a, razonablemente, cualquier crisis internacional que se le presente. Esto es identificar todos los cursos de acción a disposición del país, las potenciales consecuencias, los planes de mitigación en caso de producirse un evento y ejecutarse una medida, y los siguientes pasos de escalamiento o desescalamiento según se amerite.

Esto implica tener definido lo que legalmente el Estado dominicano, y en particular el Poder Ejecutivo, puede hacer en contra o a favor de otro Estado, individuos o empresas de otro Estado o nacionales alineados con los intereses de otros Estados. Por igual tener bien definidas las escalas de proporcionalidad, esto es que las acciones nuestras sean proporcionales al nivel de agravio recibido, ya que dicha proporcionalidad es lo que brindará la sostenibilidad y credibilidad de nuestra defensa en cualquier foro internacional.

Tener definido un protocolo para la gestión de crisis internacionales del Estado dominicano le daría tranquilidad y seguridad a cualquier equipo que encabece nuestro Poder Ejecutivo, lo cual es el tan importante primer paso al momento de ocurrir una crisis. La mitigación de riesgos definiendo planes de contingencias ante distintas eventualidades es de vital importancia para cualquier organización, lo que incluye al Estado, y es importante que en nuestro país ya tengamos esto definido.

En cualquier crisis hay múltiples acciones a las que se puede acudir para atenderlas, esto incluye a las crisis internacionales y diplomáticas que vive el Estado. Desarrollar nuestro propio protocolo de gestión de crisis de carácter internacional nos daría una caja de herramientas para no solo atender este tipo de situaciones de manera efectiva y estratégica, sino para saber de manera anticipada cuales acciones adicionales debemos tomar para mitigar las potenciales consecuencias negativas de las mismas sobre nuestros propios intereses y tener definido, de manera apropiada, los protocolos de escalamiento o desescalamiento en esas situaciones.

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