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“El agua ta´cogía”. La frase brotó como la pus de un nacío cuando se puya con la espina de un rencor acumulado por siglos. “El agua ta´cogía”, esas cuatro palabras sirven para contar la historia colonial de Haití, cuyos abusos y maltratos configuran una de las peores aberraciones de la humanidad en plena Era Contemporánea: establecer un sistema de producción en base a la esclavitud de los negros y que tal sistema haya sido impuesto por Ftancia, el país de la revolución que proclamó la igualdad de todos los hombres en dignidad y derecho.
Para las potencias europeas que explotaban a los haitianos, no solo el agua estaba cogía, sino todo lo que definía un ser humano. Luego, cuando los esclavos se independizaron de Francia, fueron obligados a pagar dinero por esa libertad. Y como si fuera poco, en el siglo XX, cuando los gringos se adueñaron de sus aduanas, terminaron de arrancarle aquellos bienes que faltaban por ser cogío.
Es válido resaltar, sin embargo, que los dominicanos somos los que nunca les han cogío a nuestros vecinos. Y de hecho, jamás los hemos invadido. Mientras ellos pudieron motivar nuestro reclamo a los millares de emigrantes: Tanto han pisado esta tierra, que es ella la que anda ya.
Sabemos que algunos de sus líderes siembran el odio y por eso su reacción con la frase, “El agua ta´cogía”. Lo bueno sería preguntarles: quién le cogió la tranquilidad, la paz, la seguridad en las calles y hasta el orgullo, porque han convertido esa nación en un desastre.
Lo peor es que parece que hasta los sueños y la esperanza de los hatianos también su clase gobernante se los han cogío. Que no se dejen arrebatar la voluntad de lucha ni el patriotismo, porque si eso no está cogío, deberán unirse para hacer renacer su democracia.
El agua ta´cogía”, la expresión motivó el cierre de la frontera, miles de dominicanos sintieron en esta provocadora oración, un auténtico desafío, pues algunos sectores definidos como nacionalistas, consideran que el país está cogío por nuestro vecino, pues en muy pocas comunidades de RD no se aprecia la presencia de haitianos.“El agua ta´cogía”, se viralizó cual Covic, como ejemplo: escuché una discusión entre dos motoristas en el que el dominicano perdió un pasajero y le dijo al haitiano: “Está bien que el agua está cogía, pero los pasajeros no. Era a mí que me tocaba”. Menos mal que en la mayoría de los espacios virtuales la frase “El agua ta´cogía”. se convirtió en motivos de chistes, canciones y todo tipo de situaciones humorísticas.
Debe quedar claro que la mayor responsabilidad en la reconstrucción de Haití la tienen que asumir los países que se lo llevaron todo de allí y que deben salvaguardar su fama de potencia devolviéndole al pueblo haitiano un alto porcentaje de lo que le quitaron.
Los imperios convirtieron a Haití en una especie de bagazo, ese que suele quedar cuando a la caña de azúcar se le saca el jugo.
Por lo tanto, llegó el momento para que las potencias devuelvan, apoyen y demuestren al mundo su solidaridad con Haití. De lo contrario, los haitianos vestidos de supremo coraje y unidos como un puño cerrado que se levanta desafiante, proclamar a una sola voz: Devuelvan lo que se han llevado, carajo.
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