El liderazgo político desaparecido indiscutiblemente que legó calidad a la democracia dominicana. Pero la democracia es algo más que elecciones periódicas. Es irrefutablemente verídico que en los gobiernos anteriores hubo reclamos masivos contra la corrupción y la suciedad en la política, pero hoy parece que se agravan vistos los pésimos indicadores de la política que ejecuta el partido oficial desde el poder.

El rechazo de la capacidad legislativa es notable, y me atrevo a decir que el nivel de confianza en el Congreso está por los suelos: la narcopresencia, los extraditados por tráfico de drogas y lavado de dinero procedente del mismo, muchos cargados de delitos, los que esperan juicios y, peor aún, los que estando en juicio se presentan a reelección. Y la verdad es que pronto volvemos a votar entre ruinas.

Como si no quedaran fuerzas responsables y serias, principalmente del oficialismo que se manifiesten y pongan coto a esta suerte de delirio de campaña electoral en que se pretenden ocultar personajes del bajo mundo, y que se resisten y callan su impugnación.

No ha habido objeción de esa dirección política que luce no representativa, no institucional y novata. Sin duda que la calidad institucional y la confianza pública de la democracia están muy debilitadas por esa falta de políticos de carrera dirigiendo el Estado, y un partido político lo más parecido a un club cuyo objetivo es permanecer en el poder no importa los medios.

Acariciando la idea de que las próximas elecciones pudieran convertirse en un plebiscito (ganar con un 70 %) el personalismo torpe y venal reparte prebendas por conciencia utilizando la coacción y la arrogancia como armas para, irónicamente, institucionalizar el transfuguismo, que ha terminado magnificado por el Gobierno.

Es incuestionable que la democracia se estanca, retrocede, y lo preocupante es que luce como si los ciudadanos están dispuestos a tolerarlo, especialmente la clase media, jóvenes, empresarios, y hasta colectivos de izquierda que se comportan con satisfacción ante las embestidas anti-democráticas.