Querer agradar a nuestras madres con algún detalle es algo natural, muy normal y el que pueda hacerlo, pues que lo haga, que exprese su amor a su mami, su mamá, mamita o como le guste llamarla.

Sin embargo, debemos tener algo en cuenta, y es que a pesar de todos los regalos materiales (dinero, neveras, camas, muebles, carros, joyas, etc) que podamos hacer a nuestras mamás, hay algo que, sin lugar a dudas, es lo que la mayoría de ellas más anhelan, y ese regalo se llama tiempo.

Muchos dirán que eso no vale, pero yo les digo que sí, el tiempo compartido con tu madre es oro, con pocas excepciones, no hay madre alguna que no quiera pasar tiempo con sus hijos. Esto aplica para los padres también.

Una vez mi madre nos dijo: “Yo les voy a decir algo a ustedes, más que cualquier cosa que ustedes me puedan dar, yo lo que necesito es tiempo, que me dediquen tiempo”.

Luego que los hijos salimos de la sombrilla de nuestros padres, el tiempo se va apocando por varias razones, ya sea porque nos mudamos lejos, tenemos mucho trabajo, somos personas muy ocupadas con la universidad, etc y el tiempo se nos va y pasan meses muchas veces sin ver a la doña.

Hoy en día hay muchas formas de estar cerca de nuestros seres queridos, la tecnología está a nuestro favor, usemos esas herramientas, una videollamada por ejemplo no va a sustituir un abrazo, un beso de mi madre, pero al menos nos acerca.

Y quiero que esto quede en nuestras mentes, podemos llenar a nuestras madres de miles de cosas materiales, pero si no le damos nuestro tiempo, al final esas cosas solo son regalos huecos, el mejor regalo que podemos hacerle, es nuestro tiempo, entregarnos nosotros mismos. Ese es el mejor regalo.