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EL AUTOR es escritor. Reside en Nueva York.
Prefacio
Como es habitual, el pasado sábado 11 de septiembre y a través de este medio digital, el conocido «socialista a distancia» Miguel Espaillat Grullón, se destapó con un artículo titulado «La doctrina del choque» cuya versión original en inglés es: «The shock doctrine», y en dicho artículo trató un asunto de política interna y de paso, lo aprovechó para arremeter contra los Estados Unidos, el capitalismo, el neoliberalismo, personas de la vida política e instituciones financieras de carácter mundial, como los causantes de todos los tipos de crisis económicas, sociales y políticas que padece el mundo.
Me extrañó mucho que Miguel Espaillat, no hiciera tan siquiera mención de la autora de la referida teoría y, de manera sutil y aviesa, dejó al libre albedrío de los lectores pensar quién es su autor (a), un craso error que un articulista no se debe permitir. La paternidad de esa tesis es de la periodista Naomi Klein Sherr, escritora y activista canadiense, la cual es abiertamente opuesta al capitalismo y a la globalización. Huelga decir, que esta escritora no oculta su simpatía socialista y por el feminismo en su mayor expresión. En deducción, no podía esperarse menos de la finalidad y el objetivo de su redactora.
En consecuencia, cuando uno lee una obra que proviene de una mente inclinada al socialismo macabro y destructor, debe hacerlo sin apasionamiento, con grado de observación y, sobre todo, ver si lo que se plantea tiene asidero lógico, certero, sustentable y, ante todo, demostrable. Cualquiera puede elaborar una teoría que puede ser cierta o no, pero los hechos, el tiempo y lo irrebatible de su tesis es lo esencial para su validez y aceptación.
Recordemos la teoría de los evolucionistas que sostenían que «todos los vivientes superiores -incluyendo al hombre- provienen por desarrollo o evolución de vivientes inferiores», cuya autoría recayó en su autor Charles Roberts Darwin con su libro «El origen de las especies» (Londres 1859) lo cual no ha sido sustentable, aunque Darwin sentó las bases de la síntesis evolutiva moderna.
¿Que es una teoría?
Es una palabra que proviene del griego «theorein» que significa «observar» y se usaba mucho en la visualización de una obra teatral, lo que nos induce a deducir que la noción de la teoría permite hacer referencia a un asunto provisional o que no es cien por ciento real. Su evolución en el lenguaje la dotó con sentido intelectual y se comenzó aplicarse a la capacidad para comprender la realidad de las cosas.
Hoy en día se define a la teoría como un sistema lógico que se establece a partir de axiomas, postulados y observaciones, con la tarea de afirmar bajo qué condiciones se llevarán a cabo ciertos supuestos. Para ello, se parte como punto de referencia una explicación del medio idóneo para que las predicciones puedan ser desarrolladas. A partir de ahí es posible deducir o postular otros hechos mediante ciertas reglas y razonamientos. La teoría tiene dos componentes esenciales: las conjeturas (suposiciones que no tienen el aval de las observaciones) y las hipótesis (que sí se apoyan en las observaciones)
Hoy en día se define a la teoría como un sistema lógico que se establece a partir de axiomas, postulados y observaciones, con la tarea de afirmar bajo qué condiciones se llevarán a cabo ciertos supuestos. Para ello, se parte como punto de referencia una explicación del medio idóneo para que las predicciones puedan ser desarrolladas. A partir de ahí es posible deducir o postular otros hechos mediante ciertas reglas y razonamientos. La teoría tiene dos componentes esenciales: las conjeturas (suposiciones que no tienen el aval de las observaciones) y las hipótesis (que sí se apoyan en las observaciones)
Las «teorías» del fabulador socialista
No es la primera vez ni tampoco será la última, que Miguel Espaillat, en su afán incansable de mostrar lo «malo y perverso» que es el capitalismo, el neoliberalismo, la política y la geopolítica de los Estados Unidos, traerá por los pelos distintas teorías de corte político, social y económico, siempre que tengan como esencia atacar al mundo democrático y enaltecer el socialismo como vía de solución.
Cuando Miguel Espaillat recurre a este artilugio a través de sus trabajos de opinión, pretende con ello que las doctrinas que él presenta como apoyo a sus ideales políticos, sean aceptadas como si fuera un dogma de fe, sin debates y entendiendo que las mismas son infalibles, lo cual no solo es falso, sino incorrecto. A mi humilde opinión, si hay teorías que tienen dificultades de ser acertadas a plenitud y sin confrontaciones, son las llevadas a cabo en algunas de las ciencias sociales, las cuales están sometidas a vaivenes, imprevistos y situaciones particulares que escapan al mejor teórico y se dan en el momento menos esperado y en lugar impensado.
Tomemos como ejemplo de ello, lo sucedido en la ciudad de Sidi Bouzid en Tunez, cuando el 17 diciembre 2010, un simple vendedor callejero de nombre Mohamed Bouazizi, fue maltratado y despojado de sus mercancías por la policía y a manera de protesta se inmoló al prenderse fuego. Hubo revueltas y ello provocó la dimisión del presidente Zine el Abinidi Ben Ali.
Eso fue el hito que marcó el inicio de varias asonadas por casi todo el mundo árabe: Egipto, Siria, Yemen Argelia, El Líbano, Sudán, Marruecos, etc. Ese efecto dominó de disturbios y enfrentamientos se conoce como «La Primavera Árabe» que convulsionó esa región del planeta y logrando ciertas conquistas sociales y políticas.
Le pregunto a los amables lectores: ¿a qué teórico (a) se le ocurriría pensar y plasmar en una tesis, que eso podía suceder de esa manera tan simple e imaginar que un abuso de la policía de Túnez en contra de un humilde vendedor, iba a provocar tanta insurrección en gobiernos autoritarios y de largas datas convertidos en tiranías ?
Esos son los imprevistos a lo que yo hago referencia en torno a las teorías que se formulan de manera ligera o sesgadas en el campo social y político, las cuales no pueden tomarse como algo inequívoco o para aceptarlo de manera pura y simple como pretende el inefable «socialista» Miguel Espaillat Grullón, cobijado desde hace cuatro décadas en las vorágines del «malvado imperio» en la ciudad de New York, símbolo del «capitalismo aberrante y decadente» según el decir de los comunistas.
Los criterios disidentes
En lo particular y es mi percepción, es evidente que la periodista Naomi Klein, cuando escribió su teoría de la «Doctrina del choque» como método político de los Estados Unidos, del capitalismo en todos sus aspectos y de los organismos económicos mundiales como instrumentos de ayuda a superar crisis económicas y establecer políticas de desarrollo en las naciones, lo hizo de una manera muy superficial, sesgada y sujeta a su posición política y a los fines ideológicos que ella persigue.
De igual manera, fue muy ligera en sus apreciaciones en torno a las reales intenciones de las naciones desarrolladas con la Unión Americana a la cabeza, en su papel en torno a lo social y económico en auxilio a las naciones del Tercer Mundo. Decir que se aprovechan de las catástrofes naturales para establecer su plan político y su dietario económico, me parece una irresponsabilidad de su parte y un criterio muy a la ligera para descifrar la ortodoxia del libre mercado. Es más, lo considero hasta cándido.
Pero, dejemos a un lado mi apreciación personal y leamos el criterio de periodistas, escritores, historiadores y economistas en torno a la tesis de Naomi Klein.
Johan Norberg, escritor e historiador sueco opinó sobre la teoría de Naomi Klein lo siguiente: «El análisis de Klein es erróneo y fuera de lógica en todos los niveles» Indica que hay fallas es aspectos específicos de los análisis, como el de las protestas de Tiananmen de 1989, que, afirma: «no aplastaban a la oposición de las reformas a los mercados, sino que en realidad causó la liberalización de residencia».
Por otra parte, el economista Tyler Cowen, calificó la retórica de ridícula y el libro «un verdadero desastre económico». Dice que «hay una series de proposiciones inventadas» tales como la de que Margaret Thatcher creó la crisis de Las Malvinas para aplastar los sindicatos y endosarles el capitlismo sin restricciones.
En tanto, Jhon Wilman del diario Financial Times, consideró el libro de Klein como: «una obra profundamente errónea done se mezclan fenómenos juntos y dispares para crear algo seductor, pero que en últimas instancias posee argumentos deshonestos».
Por último, Tom Redburn del New York Time, dice que: «lo que ella más oculta, es el papel necesario del capitalismo emprendedor en la superación de la tendencia inherente de cualquier sistema social establecido a caducar en el estancamiento.»
Sin embargo y por nuestros lares, encontramos al inefable y camaján socialista Miguel Espaillat Grullón, no solo tratando de pescar en río revuelto, sino en los que están tranquilos también, ya que, al estar presentando teorías rocambolescas a cada rato y que solo favorecen su agenda ideológica eso no es algo casual, sino que forma parte de la metodología y la dialéctica socialista de: mentir, confundir, engañar y distorsionar la realidad para hacer potable sus propósitos políticos. Recordemos la frase de Vladimir IIyich Ulyanov «Lenin» cuando dijo:
«Hay que estar preparados para mentir, engañar, hacer operaciones ilegales, omitir o suprimir la verdad…» (Obra escogida, Moscú, tercera edición, 1935, pág. 199).
JPM
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