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La estabilidad macroeconómica y una inflación que todavía está por debajo de los parámetros internacionales sustentan, en medio de un panorama tan adverso, cualquier reconocimiento a las autoridades monetarias.
Gracias a las habilidades del gobernador del Banco Central, Héctor Valdez Albizu y su equipo técnico, ponderadas por el presidente del BID, Mauricio Claver-Carone, el peso, en lugar de devaluarse, se ha fortalecido.
Los elogios de Claver-Carone no son graciosos ni parte de algún protocolo, como pudiera pensarse, sino producto de una realidad que está a la vista de todo el que quiera verla.
Los reconocimientos de Claver-Carone no dejan de ser un gran estímulo para las autoridades.
Pocos países exhiben indicadores positivos como República Dominicana frente a las presiones inflacionarias externas a consecuencia de la pandemia de la covid y la incertidumbre por el conflicto entre Rusia y Ucrania.
En 2021 la economía, según el Banco Central, creció 12.3 %, que bien se sabe que no fue por generación espontánea, sino como resultado de una gama de factores, articulados al clima de confianza generado por las intervenciones para estimular el comercio, las actividades productivas y mantener la estabilidad de la moneda.
Si antes Valdez Albizu y su equipo estaban pendientes de los latidos de la economía, con los desafíos y los elogios ahora lo tienen que estar mucho más.
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