La inmigración ilegal se ha convertido en Estados Unidos en el principal tema de campaña para Donald Trump, quien ha advertido que de retornar a la Casa Blanca emplearía al ejército para deportar a millones de inmigrantes que dice dañan al país.
El presidente Joe Biden, consciente de lo perjudicial que resulta para sus aspiraciones a la reelección, ha implorado al Congreso que le otorgue poder para cerrar la frontera y así contener una de las olas más grandes de migración descontrolada en la historia de esa nación.
Tan difícil es la situación que Biden ha dicho que “si me dieran esa autoridad, la usaría el día que se aprobara ese proyecto de ley”, en tanto que Trump promete que llevaría a cabo la “mayor deportación de inmigrantes de la historia”, porque dice que “van a destruir al país”.
Tal es el peso del problema inmigratorio que Trump supera a Biden en las encuestas de cara a las elecciones presidenciales de noviembre, pese al crecimiento de la economía de Estados Unidos (2.6 %), bajo desempleo (3,7 %), creación de 2,7 millones de nuevos puestos de trabajo y una inflación en 3,0 %.
Contrario a lo que ocurre en esa nación, en República Dominicana el debate electoral sobre inmigración concita más coincidencia que divergencia entre los principales candidatos presidenciales, todos los cuales prometen control migratorio y defienden el derecho del Estado a repatriar a los indocumentados.
Aquí también, aspirantes al solio presidencial y a cargos congresuales para las elecciones del 19 de mayo, advierten sobre el peligro que representa que la crisis de Haití genere un desenfreno migratorio que afecte la soberanía nacional y la estabilidad macroeconómica.
La mayoría de los candidatos coincide en rechazar presiones foráneas para que el Gobierno acepte instalación en el país de centros de refugio y que suspenda las repatriaciones de haitianos indocumentados, tanto así que el presidente Luis Abinader ha advertido que “si abrimos la frontera un poquito se nos mete Haití aquí…”
Es muy posible que el tema de inmigración ilegal decida las elecciones en Estados Unidos, por los enfoques divergentes entre aspirantes republicano y demócrata, pero no aquí, donde los candidatos están contestes en que República Dominicana no es ni puede ser la solución al drama haitiano.
