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La fe siempre resuelve, pero la medida de cada uno es lo que determina si tus reservas de fe son suficientes para aceptar los desafíos que enfrentas. La Biblia habla de “metrón” del griego, que significa “cantidad consensuada de cualquier cosa”. Particularmente creo que la medida de fe nuestra es proporcional al nivel de conocimiento de aquel que promete y no puede mentir. Cuánto conoces a quien hace la transacción entre tu fe y su palabra para que sea real en un mundo de apariencias, fraudes y espejismo. En Marcos 9:24 un padre desesperado clama a Jesús, “Señor, creo, ayuda mi incredulidad”, a lo que Jesús respondió con hechos liberando al joven y dejando una importante lección privada a sus discípulos. Entonces, nada es imposible, solo aumenta la dosis.
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