
[ad_1]
En hechos 9 vemos un gran siervo de Dios ser instruido para una extraña y peligrosa misión, él no era James Bond, era Ananías. Su gran don era tener los ojos espirituales abiertos, podía ver a Jesús y recibir órdenes en conversaciones “tú a tú”. Dios usa a Ananías para abrirle los ojos a Saulo quien posteriormente abriría los ojos de multitudes por generaciones. Hemos sido escogidos para misiones donde los Ananías que pueden hacer el trabajo que requiere traer a más Pablos al reino, escasean.
Tan necesarios son el coraje y la audacia, para cambiar naciones como la disciplina y sujeción a Cristo, nuestra luz, rechazando vivir bajo la sombra del sistema o del propio intelecto. Ananías como Pablo conocieron que la oración cambia tu punto ciego en luz.
[ad_2]
Source link