La impaciencia del existir
Somos nuestra prisa. Donde fluyen las gentes, nuestro prójimo cuando cree en lo que nosotros creemos, que siempre lo hacen como un río crecido. Cuando me detengo a contemplarlos y al verlos me veo a mí mismo como transeúnte, como ser cada día menos pensante y oriundo de sombras que...