No debería ser necesario, pero no deja de ser importante el código de ética que elaborará el Ministerio de Educación para normar las relaciones entre los profesores, personal técnico y administrativo y los estudiantes.
Con el reglamento los profesores y las autoridades educativas no podrán alegar ignorancia sobre las violaciones conductuales en que suelen incurrir. Y en las que, para colmo, casi siempre encuentran la defensa de su gremio, que la mayoría de las veces tilda cualquier acción de persecución.
Los profesores como educadores y rectores de las aulas deben conocer sus límites y ser los grandes ejemplos para los estudiantes.
Pero no ha sido esa la realidad y por eso resulta tan importante el código anunciado por el titular de la cartera, Ángel Hernández, para evitar y sancionar las conductas inapropiadas dentro y fuera del aula. El reglamento también persigue conservar un ambiente escolar sostenible, que propicie el desarrollo integral de los estudiantes.
Con todos los casos que cuestionan el comportamiento de los educadores el reglamento constituye una importante herramienta para que no se alegue ignorancia.
