
[ad_1]

EL AUTOR es periodista. Reside en Baní.
El actual fin de semana largo es lo más parecido a una Semana Santa por los días feriados consecutivos.
En un escenario así en abril del 1984 se produjo una poblada que estremeció la nación por la cantidad de muertes y daños que dejó a su paso.
El surgimiento de otro acontecimiento de esa naturaleza podría ser anhelado por sectores políticos dominicanos para desestabilizar el país y pescar en río revuelto.
Aunque las circunstancias en nada se parecen existen los recursos y el deseo para forzar algo que debilite el gobierno y pretenda romper el encanto que mantiene aún el presidente Luis Abinader.
Cierta oposición política podría tomar la iniciativa y contar con la ingobernabilidad como un elemento para negociar impunidad.
De ahí que las actuales autoridades deben mantenerse alertas y no confiarse pues la “espontaneidad” puede ser una moneda de cambio.
Los procesos judiciales en pie, y otros por venir, envuelven a figuras con poderes no del todo desvanecidos, cuya desesperación podría llevarles a actuar como fieras heridas.
Los organismos de seguridad del Estado deben permanecer alertas para evitar acciones que podrían afectar el clima de inversiones en ascenso existente, el turismo en crecimiento y una economía que se levanta vigorosa.
Factores externos como la inflación, sobretodo en los alimentos y combustibles, podrían ser el pretexto para usarlos como caldo de cultivo para provocar, o más bien crear, disturbios.
Más que pretender ser ave de mal agüero, debemos acogernos a aquello de que resulta mejor prevenir, que tener que remediar.
jpm-am
ALMOMENTO.NET publica los artículos de opinión sin hacerles correcciones de redacción. Se reserva el derecho de rechazar los que estén mal redactados, con errores de sintaxis o faltas ortográficas.
[ad_2]
Source link