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¡Gracias a Dios… dejó de llover! Pensar que los romanos y griegos hacían de todo para venerar a sus dioses persiguiendo un favor, hasta para pedir que parara la lluvia. Este es un ejemplo con el que se puede apreciar la diferencia, con mayúscula y minúscula inicial, entre Dios (ser supremo que en las religiones monoteístas es considerado hacedor del universo) y dios (sustantivo común para referirnos a una deidad).
Los nombres propios con los que se designa a los dioses, profetas y otros entes del ámbito religioso, se escriben con mayúscula inicial: Alá, Jehová, Yahvé, Jesucristo, Mahoma. En el caso del sustantivo dios, debe escribirse con minúscula inicial cuando se emplea para referirnos a deidades o entes asumidos como superiores.
Quise escribir al respecto en esta entrega de mi columna “Periodismo y Gramática”, a propósito de que celebramos una de las épocas más hermosas del año: la Navidad. En estas fechas se suele evocar mucho el nombre de Dios, en alusión al Creador, al Altísimo, al Omnipotente, al Todopoderoso, sinónimos que se desprenden del nombre propio que el cristianismo y otras religiones monoteístas han abrazado para denominar por antonomasia a “Dios”.
En coherencia con lo anterior, resaltamos lo que dice la Fundéu al respecto: “Dios se escribe con mayúscula inicial cuando funciona como nombre propio y con minúscula cuando es nombre común”.
Si digo “El dios de cada uno no debe perjudicar los afectos”, “Los dioses griegos castigaron a ese hombre por blasfemar”, “El dios que adoras en esos altares no nos representa”, “Los romanos pagaron caro por haber adorado a dioses paganos”, entre otros ejemplos, estoy refiriéndome a deidades diversas que no poseen el término al que hago alusión como nombre propio.
Por favor, no olvidemos que nos estamos enfocando en el nombre propio “Dios” y el sustantivo “dios”, que implican conceptos y usos distintos a la hora de aplicar la mayúscula, porque todo nombre propio siempre comenzará con la primera letra en alta (mayúscula), como nos dice a continuación la Fundéu.
“Los nombres propios de dioses se escriben con mayúscula: Zeus, Wotan, Yahvé, Júpiter, Yemayá… Los nombres meramente descriptivos como el dios de los árboles o el dios de la lluvia van en minúscula”.
Finalizo con una observación, pues ciertamente este es un tema muy polémico, exhortando a que las diferencias religiosas nada tienen que ver con las normas gramaticales. El conocimiento siempre sumará.
¡Gracias por leerme!
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