Con casi dos años soportando una agresión nunca antes vista en la salud por la irrupción del Covid-19, los dominicanos como en todo el mundo, se obligaron a posponer atenciones vitales para la salud preventiva y curativa de otras afecciones.
Los retrasos se acumularon en procedimientos quirúrgicos, seguimiento de tratamientos y analíticas para evitar que personas con comorbilidades, se expusieran a contagios con el virus y se multiplicara el riesgo de muerte.
Ahora que esos procedimientos y consultas se han normalizado casi por completo, estalla un conflicto por honorarios entre los médicos y las Administradoras de Riesgos de Salud (ARS) que amenaza con paralizar los servicios privados en todo el país durante el miércoles y jueves de esta semana.
Los afiliados y sus patronos han pagado religiosamente sus cuotas a las ARS aun en medio de la pandemia que solo recibían servicios de emergencia y no es aceptable que se lesione su derecho a recibir atención oportuna y de calidad.
El país no está para abrir conflictos y menos que pongan en peligro la salud, por lo que corresponde al gobierno hacer una intervención directa, oportuna y dialogante, para sentar las partes a conversar y llegar a acuerdos que eviten un daño más a quienes requieren atención médica.
Si el paro se diera, en algún momento las partes tendrán que llegar a un acuerdo, por lo que recomendamos dialogar con sinceridad en busca de una solución precisamente para que no haya paralización, sino trabajo, respeto y consideración entre todos.
