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Del matrimonio del agricultor Aristilo Morel y de la maestra de la escuela rural Carmela Paulino nació Manuelico. Esta familia vivía en un fértil campo del Cibao llamado Caimito, donde en unas 90 tareas cultivaban plátano”. Así comienza el relato Manuelico, cuyo autor, le ha colocado el subtítulo “Un campesino dominicano instruido”. Se trata de una novela breve, escrita por Expedy Pou, el ingeniero agrónomo mejor conocido como intérprete de hermosos boleros. Fue presentada el 19 de junio en la Biblioteca Nacional.
Es una obra de ficción, pero para nada el autor ha querido, ni tampoco ha podido, ocultar sus conocimientos profesionales de agricultura, medioambiente y foresta ni tampoco sus intenciones de levantarse con voz profética para condenar acciones nefastas contra la naturaleza, como, por ejemplo, la extinción de los árboles de madera preciosa.
Algunos filósofos, como Platón en la antigua Grecia, han expuesto sus ideas valiéndose del diálogo. Platón creó personajes, sin ser novelista, para por vía de estos explicar sus concepciones del mundo y de la sociedad. En cambio, Miguel de Cervantes, el nuestro, es decir de la lengua española, expresó su filosofía a través de novelas, sobre todo de una que es la madre de las novelas, El ingenioso hidalgo don Quijote de la Mancha, la cual es sin ninguna duda un libro sapiencial, como se advierte en lo que habla don Quijote con su escudero o con otros personajes. Los diálogos inventados por Expedy Pou parecen propios de don Quijote y Sancho.
Los hechos narrados en esta novela breve han sido el pretexto de Pou para plantear una tesis relacionada con la productividad agrícola y las dificultades que la afectan. Es evidente su intención de llamar la atención sobre estos asuntos, más que en provocar el placer estético, muy propio en la obra de creación artística. Claro, el texto no deja de ser atractivo, cautivante y de fácil lectura.
El libro Manuelico hace recordar el género pastoril, de otros tiempos, y no entra en lo que aquí los críticos literarios suelen llamar narrativa rural o ruralismo, no es ruralismo, sino una obra que tiene como temática la agricultura y por tanto se inscribe en eso que se ha llamado la novela de tesis. Una novela de tesis podrá plantear asuntos de carácter filosófico, teológico, sociológico o político, y es innegable que debe predominar una línea de pensamiento del autor, un planteamiento para cambiar determinado orden de cosas. La tesis de Expedy Pou se fundamenta en la importancia de la agricultura y del agricultor.
La de agricultor es una de las más nobles tareas que pueda ejercer el hombre sobre la tierra, puesto que su misión es producir alimento, sin lo cual no vive el cirujano ni el químico ni el escritor, ni el dirigente político ni el brillante jurista, todos necesitamos, para subsistir, consumir lo que viene del campo, cuando el agricultor deja la tierra preñada de frutos. Pou quiere con su escrito que la gente vea la importancia del hombre del campo. Compara el campo de ayer con el de hoy y destaca dos asuntos importantes.
Primero, la agricultura viene afectada por la falta de la generación de relevo en el campo: los hijos de los agricultores no están por ser agricultores, y la otra cuestión es la pérdida de tierras cultivables, para la siembra de frutos, por dedicarlas a construir viviendas, zonas francas, moteles y otros artilugios.
Manuelico es, evidentemente, la voz de Expedy Pou en este libro. Ese personaje encarna el ideal del trabajador agrícola, pues fue criado y educado así por sus padres y desde muy joven adquirió conciencia de la importancia que representa el cultivo de la tierra para el sostenimiento de la especie humana.
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