Desde la inauguración de Expo Cibao, a finales de septiembre, cuando anunció obras en Santiago por 42 mil millones de pesos, el presidente Luis Abinader literalmente no ha parado de anunciar proyectos de infraestructura en todo el territorio nacional, lo que avizora un 2022 muy activo en construcciones oficiales.

El mandatario continúo el fin de semana con sus ofrecimientos con la promesa de obras en San Cristóbal por más de dos mil millones de pesos, y a partir del 2023, una ciudad sanitaria, el cementerio municipal, una planta eléctrica y un nuevo edificio de aulas para la UASD.

En Haina y Villa Altagracia anunció la ampliación del acueducto múltiple El Carril-La Pared, Piedra Blanca-Itabo, con una inversión superior a los RD$138 millones, así como la construcción de una nueva toma de agua en el río Haina, por un monto de RD$246.9 millones.

El Presidente anunció en Higüey la construcción de un centro traumatológico en ese municipio y otros dos en Azua y Santiago Rodríguez, además se informó el inicio de los trabajos de construcción de una vía de circunvalación en La Otra Banda, por un valor a RD$850 millones.

Ese programa de construcción de obras sería como el despertar de la inversión pública que en el primer semestre apenas alcanzó los RD$10,969 millones (0.2% del (PIB), con una ejecución menor de RD$16,189 a la del 2020 (-43.2%), siendo el primer semestre 2021, el de menor ejecución en los últimos cinco años.

Aunque en algunos casos, como la inversión de 42 mil millones de pesos para Santiago, corresponde a lo que resta del actual gobierno, o son obras puntuales como las vías de circunvalación o la presa de Monte Grande, una cantidad apreciable de construcciones estarían consignadas en el Presupuesto General del Estado de 2022.

Es evidente que el presidente Abinader se propone revertir el cuadro de baja inversión pública que caracterizó al primer semestre de este año, matizado por la pandemia de la covid-19, incremento de commodities y la crisis internacional en la cadena de suministro.

Falta saber los planes que ejecutaría el Gobierno para financiar tan amplio programa de construcciones, lo que podría colocar el tema de la reforma fiscal de nuevo en el candelero o continuar por el pedregoso camino del endeudamiento. El tiempo dirá.