La Junta Central Electoral (JCE) ha convocado hoy a ocho millones, 145 mil 548 dominicanos a ejercer su derecho al voto para escoger a las autoridades que regirán los destinos de la nación por los próximo cuatro años, prerrogativa sagrada sólo disponible en sociedades auténticamente democráticas.

Desde las 7:00 de la mañana abren sus puertas 18,297 colegios electorales donde acudirán los votantes para cumplir con un compromiso cívico que debería ser irrenunciable porque el sufragio es el instrumento que consolida el poder ciudadano y fortalece el espacio democrático.

En territorio nacional están hábiles para sufragar siete millones, 281 mil 763 electores, y otros 863 mil 785 podrán votar en mil 571 colegios correspondientes a 23 Oficinas de Coordinación de Logística Electoral en el Exterior, lo que refleja también el gran interés que suscitan las elecciones entre la diáspora dominicana.

Es previsible que durante el proceso de votaciones se generen inconvenientes menores o mayores, denuncias o reclamos de partidos o candidatos, todos los cuales deberían ser abordados y resueltos con diligencia y eficiencia por propios colegios o por el Pleno de la JCE.

Es obligación de las autoridades electorales, Gobierno, partidos, postulantes, directivos de mesas y por la Policía Militar Electoral, garantizar y defender el derecho de los ciudadanos a ejercer libremente el sufragio, sin ningún tipo de limitaciones que no sean las señaladas en la ley.

El pleno de la JCE ha prohibido la instalación de carpas dentro o en cercanía de los recintos de votación, con excepción de las levantadas por la Cruz Roja, así como el uso de gafetes o identificaciones que aludan banderías o candidaturas partidarias, disposiciones que deberían ser respetadas a pie de letra.

Centenares de miembros de misiones de observadores internacionales que participan como testigos de excepción de un proceso de votación, conteo de votos y divulgación de resultados electorales absolutamente diáfano e íntegro, los que también denunciarían cualquier situación irregular que aflore.

Las elecciones presidenciales y congresuales de hoy ponen a prueba la fortaleza tantas veces proclamada de la democracia dominicana, el civismo de los ciudadanos, así como la madurez y responsabilidad del liderazgo político, compelido a aceptar con humildad, generosidad y comprensión la voluntad popular que ha de expresarse libremente en las urnas.