¿Acaso es necesario un expediente de más de 3,600 páginas, como el preparado contra los imputados en el supuesto escándalo de corrupción denominado Calamar?

Al formalizar la acusación en el caso que tiene como principales acusados a los exministros peledeístas José Ramón Peralta, Donald Guerrero y Gonzalo Castillo, el encargado de la Pepca, Wilson Camacho, expresó que se contaban con más de 2,000 medios de pruebas para condenar a los imputados.

Al expediente, depositado en la Oficina Coordinadora de los Juzgados de Instrucción, se agregaron otros 16 sospechosos de participar en el supuesto desfalco al Estado por más de 19 mil millones de pesos.

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De todas formas no ha dejado de intrigar que la Pepca esperara el último día del plazo para formalizar acusación contra los exministros, otros exfuncionarios y varias empresas.

El proceso ha sido tortuoso pues provocó la sustitución de dos juezas de instrucción recusadas tanto por el Ministerio Público como por la defensa de los acusados.

Las más de 3,600 páginas plantea que el proceso llegará hasta el límite. Muchos especialistas tienen sus reservas sobre los expedientes voluminosos, pues entienden que con pruebas contundentes es más que suficiente para probar la responsabilidad de imputados en los delitos que se le atribuyen.

El del caso Calamar no es el único expediente con miles de páginas preparado por la Pepca en los procesos por supuesta corrupción pública.