La detención de 25 haitianos indocumentados en un hotel de Villa Juana ratifica que la zona fronteriza es todavía muy vulnerable para la migración entre los dos países.

Con frecuencia son militares dominicanos los que dan cuenta de la incautación de animales y mercancías cuando supuestamente eran transportados a Haití por traficantes haitianos. O de la captura, como acaba de ocurrir en un hotel de Villa de Juana, de decenas de haitianos que han logrado burlar los controles fronterizos para ingresar de manera clandestina a esta parte de la isla.

Los haitianos no llegan en yates, aviones o a través de sofisticados túneles, sino a través de puntos fronterizos que los militares no han podido o no han querido detectar.

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Cuesta entender que tras la deportación en 2023 de 250 mil haitianos indocumentados, de acuerdo con la Dirección de Migración, cada día se informe de la detención de nacionales del vecino país residentes de manera ilegal aquí.

Se presume que muchos de los deportados se las arreglan para retornar al país por algunos de esos puntos que los militares no han sellado. El caso de Villa Juana debe servir como una pista para ampliar las investigaciones.