
[ad_1]

EL AUTOR es periodista. Reside en Santo Domingo.
Uno de los graves problemas que arrastra la sociedad dominicana desde hace bastante tiempo es la extraordinaria capacidad para olvidar situaciones y acontecimientos que hieren y laceran profundamente su tejido social.
He reflexionado hasta el cansancio mirando a ver como encuentro una respuesta racional a esta patología que ha causado y sigue causando daño a la vida institucional, psíquica y social del pueblo dominicano, pero que va, no la encuentro.
De verdad que no termino de entender como situaciones sensitivas, nocivas, hirientes, humillantes, abusivas y discriminatorias para un gran número ciudadanos, transcurran en este país como el que ve llover y se olviden con una rapidez asombrosa.
Pero algo más grave, queridos lectores, como es posible que una conducta tan recurrente pueda ser transmitida de generación en generación, gobierno a gobierno, partido a partido y todos esos colectivos permanecen indiferentes a una problemática tan letal y despreciable que nos reduce como nación.
No es posible, por ejemplo, que a estas alturas la indiferencia y la rutina se haya impuesto de manera increíble a la búsqueda de una solución a los vulgares abusos que han realizado las empresas distribuidoras de energía en contra de la mayoría de sus clientes.
Además, como se explica que esta sociedad haya olvidado y quizás perdonados actos de corrupción administrativa, asesinatos, robo de patrimonio público y despojo de parte de nuestro territorio durante más de 60 años y todo prosiga igual.
Pero también cómo es posible que los depredadores de esos bienes públicos, violadores de derechos y peones del veneno se les permita respirar el mismo aire que nosotros y transitar libremente por las calles de este hermoso país. No, esto no puede ser.
Aquí, tarde o temprano, tendrá que levantarse un movimiento reivindicador de las entrañas mismas del pueblo capaz de reclamar dentro del ámbito de la legalidad y las leyes todo lo dañado y despojado miserablemente a este pedazo de isla caribeña.
Lo que hemos vivido es una amnesia absurda, irritante y peligrosa, que las autoridades actuales no deben seguir tomando con ligereza, ya que en la actual coyuntura cabalgamos a ritmo de una consigna de transparencia y rendición de cuentas que exige y reclama a cada momento que ya basta de tanto abuso
JPM
ALMOMENTO.NET publica los artículos de opinión sin hacerles correcciones de redacción. Se reserva el derecho de rechazar los que estén mal redactados, con errores de sintaxis o faltas ortográficas.
[ad_2]
Source link