La invasión pacífica y violenta de haitianos hacia nuestro territorio amenaza la paz social, política y económica de nuestra amada nación.

Ahí tenemos el caso del sistema de salud de la República Dominicana, que está oficialmente colapsado, no sólo debido a la cantidad de parturientas que siguen llegando a nuestros centros hospitalarios, sino también a causa de los enfermos del sida y los enanejados mentales que entran fácilmente hacia nuestro territorio desde el vecino país sin que nuestras autoridades hagan nada para evitarlo.

La irresponsable comunidad internacional, los caballos de Troya haitianos, como Centro Bono, jesuitas, cañeros esclavizados, ONGs, ACNHUR y demás hierbas aromáticas, trabajan incansablemente para que haya una solución dominicana a la problemática haitiana.

 Todos estos grupos aman a los haitianos, pero desde la comodidad de Santo Domingo. Ninguno de estos grupejos se atreve a ir a la raíz del problema que se llama Haití; por eso tienen una campaña de descrédito despiadada a nivel nacional e internacional para que todo aquel que proteste, exija o reclame el derecho legítimo de vivir en paz en nuestra bella nación tacharlo de racista, xenófobo e intolerante. Tanto así que, en contubernio con el Ministerio de Educación, han borrado nuestra historia y hasta han exigido que se incluya el creole en nuestro sistema educativo.

 Hemos oído al Presidente de la República Luis Abinader y al canciller Roberto Álvarez decir que: no habrá una solución dominicana para salvar el vecino país del abismo donde se encuentra.

Pero una cosa es con guitarra y otra con violín. Nuestros hospitales, escuelas, sector construcción, agricultura, turismo, vendedores ambulantes, pedigueños… todo está   haitianizado. El motoconcho y el transporte público van por el mismo camino.

Debido a esta falta de autoridad se han formado grupos autodefensas en la frontera como los trinitarios de Manzanillo, Montecristi y también en Dajabón un grupo de ganaderos (cansados de los cuatreros haitianos) han tomado las armas para defender sus familias y propiedades. Si está bien o mal es criterio de cada cual, pero debido a la ausencia de autoridad, esos hermanos han tomado esa alternativa, lamentablemente.

 Los haitianos nunca se han podido conformar como una nación y si usted no pone orden en su casa, no lo pondrá en la ajena. Ellos están claros: convertirán a toda la isla Hispaniola en el Gran Haití; porque lo único que a ellos los une es el odio  hacia lo dominicano. Ellos vienen por todo, y más de eso; estemos claros.

 Muchos dirán: «Pero ellos no tienen ejército, como nos invadirán?  Ucrania tampoco tenía un gran ejército y el mundo le está dando armas para combatir contra Rusia.

 Pueblo que no conoce su historia está expuesto a repetirla. La Guerra Patriótica es inminente; preparémonos para lo que viene.

jpm-am