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Al margen de las irregularidades que se han documentado, el jefe de la misión de observadores de la OEA, el expresidente Eduardo Frei, de Chile, ha calificado las elecciones del domingo como un proceso tranquilo.
Sin necesidad de compararlo con otros certámenes el criterio de Frei se corresponde con la realidad.
La gente concurrió a las urnas de manera ordenada y las tensiones y actos de violencia en los colegios brillaron por su ausencia.
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No es que no ocurriera algún tipo de anomalía, pero en términos generales las votaciones, sin duda que las más observadas de la historia, fueron tranquilas.
Además de la misión de la OEA había observadores invitados por los partidos políticos y de diferentes organizaciones cívicas.
El electorado alimentó el sistema democrático con la madurez con que ejerció el sufragio en unas votaciones repletas de denuncias.
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