Justicia independiente y prensa independiente constituyen dos fuertes pilares en la lucha contra la corrupción y a favor de la transparencia.

La una, custodia de las leyes, y la segunda, guardiana de las libertades públicas, pueden servir de disuasivos y hasta de antídotos frente a los desafueros del poder, si actúan en consonancia con sus misiones esenciales.

Si la justicia fallara y, con ello amenazara de quiebre el modelo de la gobernanza democrática, la prensa independiente no tendría más alternativa que cumplir su sagrada misión de defender el Estado de derecho, con todos los valores que ayudan al sustento de las libertades públicas, entre ellas, la de la expresión.

Pero si fuese lo contrario, es decir, si la prensa claudicara y se adocenara al poder, entonces sí se podría decir que la democracia estaría perdiendo sustentación y se colocaría al borde del abismo.

En los tiempos actuales, la sociedad dominicana ha comenzado a apreciar el valor de una justicia independiente para disuadir y castigar la corrupción y para ir restableciendo el respeto a las leyes y a normas de coexistencia de un conglomerado civilizado, lo que no tenemos hoy.

La prensa independiente puede ser un ariete vital en este compromiso, poniendo al descubierto las anomalías que dañan el ideal del Estado democrático. 

Que no es más que la combinación de libre elección de autoridades, una relación de contrapesos en los poderes del Estado y una ciudadanía capaz de debatir sus ideas sin censuras ni miedos y de reclamar a los gobiernos la merecida atención a sus necesidades y aspiraciones.

En los países donde los poderes públicos y la prensa quedan sometidos a la voluntad de un dictador, las libertades y los derechos ciudadanos quedan asfixiados. 

El resultado es un cuadro atroz y penoso de estrecheces, limitaciones y peligros contra los que osen repudiar tal estado de cosas.

El LISTÍN DIARIO, que la próxima semana arriba a su 133 aniversario, ha sufrido los sinsabores de los regímenes autoritarios, resistiendo múltiples presiones y castigos. 

Pero también ha recibido la recompensa de una opinión pública que, al reconocer este ejercicio del periodismo con independencia y fe en la Patria, nos premia con su lealtad y confianza.

Por eso nos ufanamos cada día en ser “el periódico de todos los dominicanos”.