
[ad_1]
2 de 2
Gran cantidad de interferencias, que no son el objeto de este breve articulo se generan, por ejemplo “a mi ese médico no me convence…”, “no me parece que esté bien preparado”.
Detalles accesorios pero importantes, son el manejo del lenguaje pre verbal; el uso de la capacidad de escuchar; el contacto físico, como el estrechón de manos, la palmada en el hombro, etc.
El acceso a zonas corporales de resguardo y pudor deben ser manejadas con delicadeza y mucho respeto, es el caso del tacto rectal que el urólogo practica buscando tocar la próstata o el tacto vaginal que el ginecólogo practica a una dama en el marco de una evaluación, son actos sagrados donde el pudor (la vergüenza) , del paciente y el manejo elegante y considerado del profesional ponen a prueba su pericia, seguridad y respeto por el paciente.
La higiene personal en la relación es clave. Pongamos por ejemplo un neumólogo que fuma en presencia del paciente; un experto en alcoholismo que expida un “tufo” ante el paciente que está tratando de “dejar la bebida…”
“Ese médico no me examinó”. El humano que se le ausculta y se le mide la tensión arterial siente que “conversa con la ciencia y la tecnología”. Si el examen físico incluye una fondoscopia (en el órgano visual) o la toma de los reflejos con el martillo de Dejerine, suelen provocar en el paciente una sensación de que se le está investigando en profundidad.
Como los centros formadores (las Universidades no discriminan a sus postulantes), desde el punto de vista de los trastornos de personalidad subyacentes y por otro lado, los escasos contenidos de psicología médica que se imparten en la formación al vapor de los profesionales de la salud, nos hacen descuidar elementos que para el paciente y su familia son esenciales, y eso tiene que ver con la sobrevaloración que se tiene del médico. “Después de Dios Ud. mi querido doctor”.
La ortografía y hasta el tipo de recetario y bolígrafo utilizado son escrutados por el paciente muy agudo. Existe la mala fama de que a los médicos no se les entiende lo que escriben.
Veamos algunos detalles aparentemente sin importancia en la apreciación del paciente y sus familiares.
El uso de la bata blanca y su pulcritud.
Las manos del profesional, su anillo de graduación y el corte de las uñas, máxime en los cirujanos
El tono de la voz y la capacidad pedagógica para explicarle al paciente sin alarmarlo su diagnostico y tratamiento.
La gestualidad de cosas tan sencillas como abrir la puerta de acceso al paciente que llega, señalarle con amabilidad la silla en donde debe sentarse y lo decisivo: el ritual de despedida.
“Doña Juana ud. ha quedado con alguna duda o tiene algo que preguntarme antes de marcharse”? La próxima cita, los análisis indicados, la forma de tomar las medicinas y establecer el pronóstico son instancias claves”. Yo estoy seguro que en diez días tomando sus antibióticos esta pequeña afección estará resuelta”. Hay que transmitir seguridad, confianza y la despedida siempre debe ser esperanzadora.
[ad_2]
Source link