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El gobernador del Banco Central, Héctor Valdez Albizu, ha dicho que pese a “un entorno externo complejo y convulso”, la economía dominicana mantiene su previsión de crecimiento alrededor del 5 % y que el nivel de inflación comienza a ceder, por lo que en el 2023 se situaría en el rango meta del banco emisor de 4+-1 %.
Desde la caída en 2020 en casi un 30 % del Producto Interno Bruto (PIB), la economía pudo retornar al sendero del crecimiento en 2021 al alcanzar un 4.7 %, lo que se atribuye principalmente al programa de provisión de liquidez a la banca, por 215 mil millones de pesos para financiar crédito a la industria, comercio, hogares, mipymes y agropecuaria.
Valdez Albizu se refirió al programa de normalización monetaria emprendido por el Banco Central para coadyuvar al control y reducción de la inflación, entre los cuales destacó el aumento en 425 puntos básicos de la Tasa de Política Monetaria, que el viernes fue incrementada en otros 50 puntos, para situarse en 7.75 % anual.
Cabe destacar que la Reserva Federal de Estados Unidos volvió el miércoles a aumentar la tasa de interés en 0,75 % en su lucha por frenar niveles históricos de inflación, aunque debe decirse que el ente emisor dominicano figura entre los primeros bancos centrales del continente que asumieron esa política.
Han sido acertadas las políticas del Banco Central de promover incrementos en las tasas de interés y de reducción de excedentes de liquidez del sistema financiero porque ayudan a neutralizar presiones inflacionarias y evitar riesgos de sobrecalentamiento de la economía, la misma receta que se aplica en Estados Unidos.
La variación mensual del índice de precios al consumidor se situó al mes de junio en 0.64 % y la inflación acumulada en 4,96 %, en un escenario de robustez macroeconómica, pese a la elevada incertidumbre internacional causada por la guerra entre Rusia y Ucrania.
Las afirmaciones del gobernador Valdez Albizu, de que República Dominicana diseñó una estrategia efectiva para enfrentar la crisis internacional, están refrendadas en el comportamiento de la macroeconomía y en las previsiones sobre un crecimiento del PIB en 2022 en torno a un 5 %.
Gobierno y Banco Central están compelidos a no apartarse del trayecto que permitió a la economía sobrevivir a la catástrofe pandémica y que ahora afronta con resiliencia peligros de un entorno externo no menos devastador matizado por aumentos de precios de materias primas, inflación galopante y reducción del crecimiento.
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