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La gran desgracia nacional la tenemos a la vuelta de la esquina. Los enemigos de la nación son astutos o al menos ellos creen eso. En sentido general, se consideran con más neuronas que el pueblo dominicano. En lo que consideramos nos superan, es en ser maquiavélicos y de mentes perversas.
Ante esta amenaza abierta a la identidad nacional, nos obliga a desconfiar y estar más a la defensiva de los que fingen ser nacionalistas (son los peores). Lamentablemente, es predecible nuestra desgracia nacional, y que Dios nos proteja. Nuestra crisis es larga y profunda, como larga y profunda será nuestra resistencia y lucha en defensa de la Soberanía Nacional.
Los «representantes» que no sirvan para defender la nación, no tendrán espacios, ni ahora, ni en el porvenir. Es penoso que en el mes de la Patria se trame contra la nación. Hay que expulsar del país toda ONG o células conspirativas.
Nos preocupa, que se haya recibido una especie de carta blanca para de esa manera los enemigos de la nación puedan actuar con libertad total en la soberanía nacional. Si es así, cada vez, vemos más cerca la desgracia, pero estamos a tiempo de pararlo. Ya ha corrido sangre en escaramuzas. Por lo que, desde ya, hay personas que de manera indirecta han ensuciado sus manos de sangre.
El Gral. Juan Pablo Duarte, ideólogo del Estado dominicano, manifestó, que la unión entre Haití y República Dominicana era imposible. El Gral. Pedro Santana, quien venció a los haitianos en todas las batallas, les llamaba, «desgraciado pueblo». El primer padre de la patria, José Núñez de Cáceres, fue de los primeros en decir, que la unión era imposible. Para que hoy día, personas sin méritos, pretendan tener más méritos que los que lucharon por la independencia de este país.
No sabemos qué guerra civil están incentivando. No sabemos a dónde se está encaminando y a qué rumbo piensan llevar a la nación de América que más ha luchado por su identidad. Esto resulta misterioso y extraño.
Tengan mucho cuidado, cada día el liderazgo nacionalista está tomando fuerza. Cada día crece como una gran ola. Cada día la sociedad apunta a un liderazgo que garantice la supervivencia del Estado.
Por último, se necesita la unidad nacional y el fortalecimiento pleno de las Fuerzas Armadas. El comandante del Ejército ha estado incentivando el Patriotismo y merece apoyo. Hay que proteger las Fuerzas Armadas, porque es y ha sido la fábrica de los mejores hombres de esta nación. Nos hemos dado cuenta de que se ha estado debilitando, humillando y eso es de preocuparnos…
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