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EL AUTOR es economista y docente universitario. Reside en Santo Domingo
Cual designio cabalístico, las fechas fatales, o auspiciosas, han sido siempre de interés popular y alimento indispensable del morbo popular.
La gestión gubernamental del presidente Luis Rodolfo Abinader Corona NO escapa a este designio cabalístico.
Jamás he sido un defensor ardiente de echarle las culpas ajenas a situaciones heredadas. Lo que se hereda se enfrenta y se transforma, acorde a las competencias y recursos disponibles.
De ahí que, NO me voy a referir a cosas heredadas, si no, más bien a la impronta gubernamental de estos 365 días, al próximo 16 de Agosto.
Es muy obvio que la recesión inducida por la pandemia del COVI-19 resulto ser un pasivo económico y social muy grande para cualquier gobierno que iniciase su gestión política, económica y social.
El desempleo, la merma en la producción, gastos extraordinarios de salubridad, la escolaridad colapsada, la actividad comercial tronchada y disminuida más un nivel de deuda muy preocupante, son pasivos sociales y económicos muy onerosos.
Ahora bien, también es cierto que el país conservaba todo sus potenciales agropecuarios, piscícolas, fabriles, tecnológicos, mineros, energéticos, comerciales, estructuras de zonas francas y mercados de exportación, etc.
La dinamización y potencialización de lo anterior, ha tenido sus luces y sombras, como es lo normal en todo proceso de recuperación económica de los países con economías emergentes como la de nosotros.
Sin temor a lucir parcializado, a mi humilde entender, el área más emblemática de esta gestión gubernamental la constituye el manejo de la política monetaria y financiera del Banco central de la Republica Dominicana. Su impronta ha sido MUY decisiva en la estabilización de nuestra moneda y la canalización de las cuantiosas remesas recibidas desde el exterior.
Con sus medidas prudenciales ha evitado la apertura de grifos monetarios que hubiesen creado niveles de demanda de bienes y servicios insostenibles e inflacionarios.
Otro sector que se ha caracterizado por su dinamización oportuna y coherente es el del Turismo. En América latina ya estamos en el destino más codiciado por los turoperadores y las líneas aéreas. Esto ha redundado en la recuperación de más de medio millón de empleos.
El resto de la economía se ha ralentizado significativamente, ya sea por problemas exógenos al país o por falta de experiencia en el manejo de la cosa pública.
Sin embargo, reconozco la sinceridad del Primer Mandatario en mejorar la seguridad ciudadana, la independencia del poder judicial, la atracción de las inversiones en las zonas francas, el ordenamiento y desarrollo vial, el aumento de la oferta agropecuaria y piscícola, asi como su interés de que todo se realice bajo esquemas de transparencia, muy bien publicitados en las redes y medios sociales.
JPM
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