Traducción por ROOSEVELT COMARAZAMY comarazamy_medina@hotmail.com |
CHICAGO – Jon Lester se enorgullecía de permanecer en el montículo hasta que había dado todo lo que tenía en un día determinado. Después de 16 temporadas, tres anillos de Serie Mundial y una carrera como uno de los mejores zurdos de su generación, Lester está cediendo la pelota.
El miércoles, Lester anunció su retiro a través de un informe de ESPN, reconociendo que el costo físico de una temporada de béisbol se estaba volviendo cada vez más desafiante. Entonces, el gran zurdo se hace a un lado después de una notable racha de consistencia y dominio en octubre.
«Está siguiendo su curso», le dijo Lester a ESPN.com. «Cada vez es más difícil para mí físicamente. Las pequeñas cosas que surgieron a lo largo del año se convirtieron en cosas más grandes que dificultan tu rendimiento».
«Me gustaría pensar que soy un autoevaluador medio decente. No quiero que nadie más me diga que ya no puedo hacer esto. Quiero poder entregar mi camiseta y decir: ‘Gracias. Ha sido divertido.’ Ese es probablemente el mayor factor decisivo».
El legado de Lester incluye ser para siempre un ícono en dos de las ciudades con más historia del béisbol: Boston y Chicago. El zurdo formó parte de dos equipos campeones de la Serie Mundial con los Medias Rojas (2007 y 2013) y ayudó a los Cachorros a borrar su sequía de títulos de 108 años en 2016.
A lo largo de su carrera, Lester fue cinco veces All-Star, ganó 200 juegos, fue autor de un juego sin hits (19 de mayo de 2008) y terminó entre los cuatro primeros en la votación del premio Cy Young en tres temporadas. Su cortador característico se impuso, pero su feroz competitividad fue su tarjeta de presentación.
En una era de especialización, Lester ganó al menos 15 juegos ocho veces y registró 200 entradas o más en ocho campañas. Como testimonio de su consistencia, Lester tuvo la misma efectividad (3.64) para los Medias Rojas (nueve temporadas) y los Cachorros (seis temporadas).
«Estar allí, poder tomar la bola cada cinco días, mantenerse saludable», dijo el manager de los Cachorros, David Ross, sobre Lester en septiembre, «te permite seguir trabajando a través de la competencia y ajustarte y encontrar la manera de ganar. Ha sido un ganador toda su vida, por lo que no es ningún secreto que iba a encontrar una manera de tener éxito».
Lester mostró tal vez incluso más dureza y determinación fuera del campo que en el montículo. Fue diagnosticado con linfoma anaplásico de células T grandes durante su temporada de novato en 2006, y regresó a las Grandes Ligas en julio de la próxima temporada, obteniendo una victoria sobre Cleveland en su primer juego de regreso.
«Estaba en Triple-A en una asignación de rehabilitación en Pawtucket después del cáncer», le dijo Lester a ESPN.com. “Mis padres estaban allí y se iban ese día o al día siguiente para irse a casa, y les dije que tenían que cambiar su vuelo. Dije que comenzaría la próxima noche en Cleveland.
«Ese es uno de los mejores momentos de mi carrera. Ver sus rostros fue genial. Una vez que regresé al béisbol, traté de no dar nada por sentado y realmente aprecié estar cerca de los muchachos».
El primero de dos triunfos de la Serie Mundial siguió en esa temporada 2007, y luego el juego sin hits en 2008. Lester ganó 110 de sus 200 juegos con los Medias Rojas, quienes lo cambiaron a los Atléticos en la Fecha Límite de Cambios en el 2014. Ese invierno, Lester llegó al mercado abierto justo cuando los Cachorros salían de una extensa reconstrucción.
Durante las Reuniones de Invierno de esa temporada baja, los Cachorros apretaron el acelerador en su línea de tiempo de contención al firmar a Lester con un pacto de seis años y $ 155 millones. Después de que se cerró el trato, el ex entrenador de Chicago, Joe Maddon, dijo a los periodistas: «Ganamos la lotería del béisbol».
Lester ayudó de inmediato a los Cachorros a restablecer la cultura en torno al club de béisbol, aportando una ventaja de competitividad, relevancia y expectativa. En seis temporadas en el North Side, Lester ganó una Serie Mundial, tres títulos de la División Central de la Liga Nacional, llegó a la Serie de Campeonato de la Liga Nacional tres veces y ayudó al club a llegar a los playoffs en cinco años.
«Tenemos una gran deuda de gratitud con él», dijo el ex ejecutivo de los Medias Rojas y los Cachorros, Theo Epstein, después de la temporada 2020. «Estábamos invirtiendo en Jon Lester, la persona, tanto como estábamos invirtiendo en Jon Lester, el lanzador. Y se mostró en ambas áreas para nosotros de la manera típica de Jon Lester».
En el escenario de octubre, todo lo que hizo Lester fue juntar una efectividad ordenada de 2.51 en 154 entradas en 26 juegos de carrera.
En seis apariciones en la Serie Mundial, Lester fue aún mejor, logrando una efectividad de 1.77 con cuatro victorias. Ganó el partido decisivo contra los Rockies en 2004, ganó ambas aperturas en la victoria de 2013 sobre San Luis y trabajó tres entradas de relevo en el Juego 7 de la Serie 2016 (después de iniciar los Juegos 1 y 5).
Lester hizo una docena de aperturas en el Juego 1 o Juego de comodines en los playoffs, comenzó un Juego 7 y fue co-MVP de la SCLN 2016 contra los Dodgers.
Cuando se trata de las posibilidades de Lester para el Salón de la Fama, aquí hay algunas estadísticas para respaldar su caso:
• Desde 2006-21, que cubre la carrera de Lester, solo Justin Verlander y Zack Greinke registraron más victorias o entradas. Eso hace que Lester sea el primero entre todos los zurdos en esas categorías durante ese lapso. Ocupó el sexto lugar en general en ponches durante ese período.
• Lester es uno de los 85 lanzadores en alcanzar al menos 2,000 ponches en su carrera. Ocupa el puesto 40 en la lista de todos los tiempos del béisbol, pero el 12 entre los lanzadores zurdos.
• Solo 27 lanzadores (siete zurdos) en la Era Moderna (desde 1900) han registrado al menos 12 temporadas con 31 o más aperturas. Lester compiló su docena de turnos de este tipo consecutivamente entre 2008 y 2019.
• Lester es uno de los 57 lanzadores que tiene al menos 200 victorias y 2,000 ponches en una carrera en las Grandes Ligas. Solo 12 en esa lista, incluido Lester, tienen un porcentaje de victorias de .630 o mejor.
• Solo 18 zurdos han alcanzado un mínimo de 200 victorias y 2,000 ponches, con solo Randy Johnson (.646) y Lefty Grove (.680) clasificándose mejor que Lester (.631) en porcentaje de victorias.
El intercambio de Boston le robó a Lester una despedida adecuada con los fanáticos de los Medias Rojas, aunque sacó un anuncio en el Boston Globe para ofrecer su gratitud. En Chicago, Lester se despidió de los fanáticos de los Cachorros de una manera más apropiada, pagando la cuenta tres días después de la temporada 2020 para los fanáticos que le dijeron a algunos bares que «lo pusieran en la cuenta de Jon». Lester terminó comprando casi 5,000 Miller Lites para los fanáticos de los Cachorros.
Lester lanzó dos veces en el Wrigley Field la temporada pasada, una vez con los Nacionales y luego con los Cardenales, y Ross, su ex receptor personal en Boston y Chicago, bromeó diciendo que la Ciudad de Chicago debería haber apodado su regreso el 17 de mayo como «Día de Jon Lester». .»
Nadie recibió más entradas en la carrera de Lester que Ross, cuya primera visita al montículo como manager de los Cachorros en 2020 fue divertida para sacar al zurdo de un juego de primavera. Ross estaba emocionado la temporada pasada al ver a Lester alcanzar las 200 victorias, una meta que el lanzador no pudo lograr con los Cachorros debido a la temporada anterior acortada por la pandemia.
«No hay nadie que haya hecho más por mí en mi carrera que ese ser humano», dijo Ross cerca del final del tiempo de Lester con Chicago. «Lo que significa para mí y mi familia y las cosas que ha hecho por mí, como parte de mi carrera, no estaría sentado en este asiento sin ese tipo».
Detrás de escena, Lester siguió el ejemplo de los veteranos con los que estuvo al principio de su carrera y fue generoso con sus compañeros de equipo. Les permitió usar sus suites en el camino y pagó la cuenta. Lester era conocido por regalar botellas de champán para los hitos de su carrera, o llevar a un jugador joven a comprar un traje después de llegar a las grandes ligas.
Los compañeros de equipo, entrenadores y gerentes de Lester recordarán esos momentos, junto con los feroces intercambios en el banquillo o en el campo en el fragor de la competencia en el transcurso de una carrera condecorada y dominante. A Ross se le preguntó la temporada pasada qué dejó Lester en el camerino de Chicago.
«Trajo una mentalidad de campeonato», dijo Ross, «y una preparación y un trabajo arduo que esperaba todos los días, por los que se responsabilizó y lo criaron sabiendo cómo hacerlo. Trajo eso aquí, y el triunfo fue lo siguiente».
