No me defienda, compadre: Espaillat y Juan TH (OPINION) | AlMomento.Net

[ad_1]

EL AUTOR es contador publico autorizado. Reside en Nueva York
En nuestro país hay una clase de escritores, entre ellos periodistas y articulistas, que por lo visto no tienen empacho en mostrar una conducta y comportamientos que contradicen su pensamiento ideológico; lo que los muestra claramente como oportunistas que buscan algún beneficio personal, defendiendo hipócritamente a algo o a alguien a quien o a quienes, por su signo ideológico, su accionar y su posición social, en realidad detestan.
Estos individuos que provocan vergüenza ajena, se muestran, con esa actitud incomprensible, como mercenarios al servicio del mejor postor, en este caso, al gobernante de turno.
Tenemos el ejemplo de algunos periodistas y articulistas, entre ellos dos que publican continuamente defendiendo al gobierno actual, proclamándose como miembros o simpatizantes del Partido en el poder, el Partido Revolucionario Moderno, PRM, y de su presidente, quien es también el presidente de la nación, a quien considero, hasta ahora, el presidente mejor intencionado de todos los que han dirigido este país.
Ambos intelectuales, reminiscencias de la Guerra Fría, ganada por Estados Unidos, se destacan por continuamente escribir artículos defendiendo a rajatablas, con enorme descaro y desparpajo, a las peores, violentas y más sanguinarias dictaduras que implacablemente han oprimido y hambreado y aún, hoy en día, hacen cada día más miserables a sus naciones.
Estos personajes de inefables posturas y cínicos comportamientos a los que me refiero, son: Miguel Espaillat y Juan TH, comunistas confesos, enemigos del capitalismo y por lo tanto del libre mercado, de los emprendedores, de la democracia y el pluralismo, de la libre expresión del pensamiento y fanáticos del autoritarismo y el totalitarismo estatista que significan los regímenes socialistas radicales, enemigos y violadores de la propiedad privada, o sea, comunistas, que llevaron y aún someten a sus naciones al exterminio y a largos períodos de enormes penurias.
Y es que el líder y presidente al que ellos defienden con tanto ahínco, está muy lejos de parecerse a ellos en términos ideológicos y de comportamientos, pues Luis Abinader, a quien no tengo el privilegio y el gusto de conocer, es un defensor férreo de los valores que ellos tanto combaten en sus escritos; yo diría que es el mayor defensor del sistema capitalista y sus postulados, de la democracia; mejor amigo de los Estados Unidos que han disfrutado los dominicanos en toda su historia, nación ejemplar, al que los dos llaman imperialismo y detestan profundamente.
En ese contexto, yo me pregunto: ¿qué pretenden estos dos individuos exponiendo vergonzosamente esa postura tan contradictoria y oportunista? ¿será conseguir algún puesto o privilegio de parte del gobierno al que de manera falsa, cínicamente defienden sin ningún pudor?
Creo firmemente que el presidente, en sus adentros, les debe estar diciendo a estos dos hipócritas; a cada uno de ellos: «no me defienda compadre», «con amigos como ustedes, no se necesitan enemigos»
jpm-am
[ad_2]
Source link