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La rendición de cuentas ayer del presidente Luis Abinader ante la reunión conjunta de las cámaras legislativas ha sido mezcla de llamado de atención por el previsible impacto sobre la economía de la invasión rusa a Ucrania, de satisfacción por logros que atribuye a su gobierno y enumeración de una larga lista de obras diversas en ejecución o que promete emprender en lo inmediato.
Fue notorio el esfuerzo del gobernante por bañar de optimismo a la población con buenas nuevas como lo de que el país ha superado la calamitosa situación del coronavirus, y que el crecimiento de la economía, de un 13 % del PIB en 2021, estuvo entre los diez mayores del mundo.
La inflación fue abordada por el mandatario como un tema asociado al conflicto bélico en Ucrania, aunque dijo que durante el año pasado el impacto de las alzas internacionales del petróleo y materias primas de origen agrícola representaron el 43 % del índice inflacionario, pero que ahora podría sobrepasar el 50 por ciento.
Fue en ese contexto que el jefe de Estado anunció que el Gobierno ofrecerá 300 mil nuevas tarjetas a personas vulnerables seleccionadas por el Sistema Único de Beneficiarios, además de ajustar el subsidio al gas de cocinar, de 228 a 470 pesos a todos los beneficiarios y se añadirán 400 mil nuevas familias
Ese programa para afrontar la inflación, incluye la instalación de 54 nuevos comedores económicos, así como la ampliación de los programas de ventas populares del Inespre y la continuación de los subsidios a la comercialización interna de combustibles.
Como era de esperarse, el jefe de Estado abordó temas neurálgicos como la corrupción, sobre la que dijo que no hay ya República de impunidad, al tiempo que solicitó al Congreso la aprobación de la Ley de Extinción de Dominio, a los fines de recuperar los bienes que dijo han sido sustraídos al Estado.
El Presidente reiteró que el país no se hará cargo del drama haitiano, ponderó los beneficios de la verja perimetral fronteriza y resaltó los logros de su gobierno en energía, remediación de vertederos, ampliación del servicio de agua potable, educación y vivienda.
Aunque el presidente Abinader formuló un vehemente llamado de atención a la nación en torno al impacto inflacionario de la guerra de Ucrania, su discurso de presentación de memorias puede bautizarse como oda a un optimismo desbordante en tiempo de crisis.
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