Algunos niños se hicieron fuertes cuando tuvieron que dejar de lado sus sueños para responsabilizarse de sus realidades… Otros, cuando cambiaron sus placeres por sus desafíos, de ser importantes pasaron a ser útiles, y fueron insustituibles. Los inconquistables se hicieron héroes y fueron inolvidables; quienes cambiaron su calamidad en creatividad se hicieron prósperos. Los que caminaron con prudencia fueron sabios y dejando huellas doradas se hicieron únicos…
Los mejores murieron a sí mismos para darse a los demás, así se hicieron padres, y a aquellos que la vida dejó huérfanos se hicieron misericordiosos. Pero solo Jesús se hizo pecado y pagó nuestra culpa para que Dios pudiera hacer de todo hombre un hijo de Dios.