EL AUTOR es periodista. Reside en Santo Domingo.

Si es inviable el Semma se debe a que los políticos lo han convertido en un botín de repartidera política y en esas condiciones ninguna administración ha podido superar su excesivo gasto y las pérdidas desde el 2008 a la fecha y además porque los compromisos docentes fuera de sus funciones no les deja otra opción que seguir la fiesta.

Hablar del Semma es hablar de su déficit histórico. Así lo reflejan las auditorías privadas y el informe de la Sisalril. Lo que hace el seguro docente es prevenir que su pobre rendimiento económico no toque fondo, de manera que las Prestadoras no se vean obligadas a suspender las consultas, laboratorios o cirugías por falta de pagos.

La crisis del Semma la sabe el Minerd, la ADP y la Sisalril por ser sus órganos de vigilancia y fiscalización. Pero tras más de 14 años de pérdidas constante y creciente el Seguro Docente está casi pisando la línea roja de la inestabilidad al retrasar el periodo de pago de sus deudas con las prestadoras de servicios y al incrementar su nómina.

La calidad del seguro se cayó en los 20 años del PLD. Ahora bien en octubre del 2020 este partido entregó la ARS Semma a las nuevas autoridades del PRM con remuneraciones por más de $176 millones y con ganancia del periodo por más de $442 Millones y también con un déficit en su ingreso total acumulado por $2,883 Millones.

Sin embargo, las remuneraciones en el 2022 aumentaron a más de $218 millones y lo que se observa en el informe financiero de la Sisalril 2021 es que Semma tiene el peor desempeño económico ya que pierde en Enero del 2021 hasta Diciembre más de mil millones y acumula ingresos negativos al año por más de $3,895 Millones

A pesar de esta crisis de pérdidas no hay ningún esfuerzo serio para sanear el Semma. Es tan grave su situación que en diciembre del 2021 no pudo controlar el gasto en siniestralidad total que es el costo en salud o médico, y superó al de las 17 ARS. Y excluyendo a Senasa es la que más adeuda ese año a las prestadoras médicas.

Para nada han valido las auditorías por ley de la Contraloría, de la Sisalril, de la Cámara de Cuentas, y de los auditores privados. Las auditorías médicas solo han servido para aumentar la nómina de los auditores. Y se gastan $1.3 millones en auditorías privadas pero se repiten las irregularidades, las pérdidas y las debilidades.

Lejos de cambiar el rumbo sigue la misma estructura deficitaria y opaca. Tienen cientos de contratos ocultos. Incumplen  la separación entre las ARS y PSS. Niegan derechos laborales. Castigan la honestidad. Y abusan de sus empleados con traslados ilegales y cambios de sus funciones contractuales para que renuncien.

Aun así, la ARS y el hospital son recuperables alejándose de la política y de las presiones institucionales. Cuando el Minerd separe la ARS y la PSS y subsidie al hospital. Y se entienda que la ARS en sí misma no garantiza la salud. Pero un hospital equipado, con recursos y buenos médicos puede devolver la calidad médica al docente.

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