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Al menos ocho personas han muerto, entre ellas un bebé de tres meses, y otras 18 han resultado heridas en un ataque con misiles rusos desde el Mar Caspio contra Odesa ha informado el presidente ucraniano, Volodímir Zelenski.
«Un bebé de tres meses fue asesinado hoy. La guerra comenzó cuando este bebé tenía un mes. ¿Se lo imaginan? ¿Qué está pasando?», ha lamentado el presidente, citado por la agencia Unian, al tiempo que ha calificado a los agresores de «escoria».
Zelenski ha agregado que la parte ucraniana no está con ánimos de reuniones con el trasfondo del bombardeo de Odesa por parte de las tropas rusas en vísperas de la Semana Santa al ser preguntado sobre la posibilidad de continuar las negociaciones en Turquía. Ha señalado, no obstante, que hay que hablar «mientras esta guerra no termine».
La ciudad portuaria ha sido este sábado centro de los ataques rusos, cuando se cumplen 59 días desde el inicio de la invasión de Ucrania. El Kremlin también ha anunciado la destrucción con «misiles de alta precisión y largo alcance» de un gran depósito de armas entregado a las fuerzas ucranianas por Estados Unidos y países europeos en un aeródromo militar de Odesa.
En una publicación en línea, Moscú ha afirmado que las fuerzas rusas habían matado este sábado hasta 200 soldados ucranianos y destruido más de 30 vehículos, algunos de ellos blindados.
Reanudan el asedio sobre Azovstal
Además, Rusia ha reanudado este sábado los ataques aéreos y está tratando de asaltar la acería de Azovstal, donde resisten las fuerzas ucranianas que quedan en la ciudad asediada de Mariúpol, según fuentes del Gobierno de Kiev.
«El enemigo está tratando de estrangular la resistencia final de los defensores de Mariúpol en la zona de Azovstal», ha asegurado este sábado el asesor presidencial ucraniano Oleksiy Arestovych en una sesión informativa.
El asesor ha asegurado que los defensores de la ciudad están resistiendo a pesar de la difícil situación y que las tropas ucranianas incluso están llevando a cabo contraataques. Según la agencia Ukrinform, en la planta Azovstal se encuentran unos mil civiles y militares ucranianos, de los cuales unos 500 están heridos. Las autoridades ucranianas exigen a los rusos un corredor humanitario urgente desde la planta siderúrgica.
El jueves, el presidente ruso, Vladímir Putin, celebró «la liberación de Mariúpol» y canceló la orden de asaltar la acería, asegurando que no había «necesidad de bajar a estas catacumbas y arrastrarse baj
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