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¿Será Luis Abinader el “manager del año”? –

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Al entrar en su noveno mes de gobierno, Luis Abinader ha tenido que hacer algunos cambios en su equipo. Claro, no son como los que hacen los Yankees de Nueva York en el noveno inning, cuando, ganando con mucha o con poca ventaja, traen al relevista estrella, Aroldis Chapman, para sacar los últimos tres outs. El Presidente, al contrario, ha tenido que hacer cambios desde la misma primera entrada del partido. 

No es que Aaron Boone sea mejor mánager que Luis Abinader sino, que el de los Yankees hace los cambios “para ganar” juegos, mientras que, el dominicano, tiene que hacerlos “para no perder” el campeonato, porque si deja que algunos jugadores “le corran por tercera”, como hacen los niños de la Liga Pampers o que no le pisen las bases, como les pasa a los jugadores de softball que juegan borrachos, es muy, pero muy seguro, que pierde el partido y todos sabemos que lo que está en discusión es el campeonato mismo. 

Yo, fanático al fin, de los Yankees y del país, trato de hacer la analogía para poder explicar este momento tan decisivo y trascendental del beisbol político criollo. 

Estamos jugando una Serie Mundial y los partidos se pueden perder por una u otra causa, pero nunca porque el mánager se durmió con un pitcher al que le están bateando todo lo que tira o porque esté wild; y mucho menos, porque los jugadores no aparen y los contrarios anoten carreras errores.    

Lo que realmente deseo con este símil es, dar un vistazo con ínfulas de análisis, al panorama que se le presenta a la nación dominicana con esta casi veintena de casos en que el Ejecutivo ha tenido que tomar decisiones contrarias a la intención que tenía al momento de nombrar su equipo de gobierno.

Por suerte para todos, el promedio de cambios que ha hecho Luis, con relación al total de nombramientos es muy bajo, tan bajo como la efectividad del magnífico cerrador de los Bombarderos del Bronx de origen cubano. 

Los cambios forzosos en el line up, afectan mayormente a jugadores de primera y segunda categoría lamentablemente, aunque, es buenos saberlo, el manager cuenta con un roster superabundante y, las sustituciones, solamente afectan al equipo y a su fanaticada en sentido emocional, nunca estructural. 

Es más, esta movilidad de la banca (por lo general indeseada), en lugar de hacer daño, le permite al manager poner a jugar a verdaderas estrellas que estaban en el banco o, que sus numeritos lucían inferiores a los de los jugadores iniciales. 

Yo me atrevería a decir que, en el fondo, los errores cometidos por los jugadores titulares le servirán al manager para poner en escena más peloteros y que todos entiendan que tienen que rendir a la altura que demanda del dirigente, de las circunstancias del partido y de las particularidades de las jugadas que se van presentando. En una palabra: “hay que jugar por el librito siempre”, sin inventar; y siguiendo las señas de los coaches, que para eso están. Y ésto, además, deja bien claro que, en este equipo no se pueden cometer errores, porque sales del partido. 

Sin embargo, debo admitir que no todas las notas discordantes se han generado por fallas en los jugadores regulares. Una parte de ellas han salido del equipo que trabaja directamente con el manager, digamos: entrenadores, tanto de bateo como de pitcheo, negociadores, scouts, asistentes, en fin, hasta el manager en persona debe haber cometido sus errores. Claro, el pueblo entero sabe que los errores del dirigente son de “apreciación”, nunca de “intención”. 

En cualquier caso, toda esta avalancha de “fallos” -aunque no lleguen a veinte- serán usados hasta alcanzar lo ridículo, por una oposición que siempre apuesta a la falta de memoria de los votantes. Y cuando hablo de “memoria”, no quiero decir que debamos pasar por alto violaciones, por el hecho de que “antes eran peores o se cometían más a menudo”, de ninguna manera.

 A lo que me refiero es a que muchos críticos de hoy creen que pueden “tirar piedras a todos los techos”, aun sabiendo que el propio es de cristal. 

Ojalá que entendamos el significado pleno de estas escaramuzas que, por el nivel de difusión que le está dando la oposición, especialmente el PLD, obligarán el gobierno de Luis Abinader a “afinar criterios” en materia de comunicación y a definir los planes futuros al cumplir al primer año de este primer período del tan esperado Cambio. 

¡Vivimos, seguiremos disparando!        

 rolrobles@hotmail.com   

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