La verdad es que raya en la suspicacia el interés de Estados Unidos y Canadá en el lado dominicano de la zona fronteriza.
Ahora ha sido la subsecretaria estadounidense para asuntos del Caribe y Haití, Barbara Feinstein, quien acompañada de militares estadounidenses ha realizado un recorrido de supervisión por la zona de Dajabón.
Hace unos días que Canadá anunció que donaría 10 millones de dólares para asistencia a haitianos en la frontera, pero no precisó si de este o de aquel lado de la línea.
Es bien sabido que Canadá y Estados Unidos simpatizan con la instalación de campamentos de refugiados haitianos en cualquier lugar de República Dominicana.
Pero la diplomacia canadiense no ha sido tan agresiva como la estadounidense en torno a las presiones para que República Dominicana cargue con los haitianos que huyen de la inseguridad, la pobreza y de la carencia de servicios sanitarios.
La presencia de la subsecretaria Feinstein y militares estadounidenses en Dajabón puede formar parte de ese propósito.
La funcionaria, aunque no se ofrecieran explicaciones, quiso verificar las condiciones de la zona, donde el Gobierno dominicano erige una verja perimetral para restringir la entrada ilegal de personas y los contrabandos. Hablar de interés rutinario sería una burla de muy mal gusto.
