Comenzó ayer lo que debiera ser una fiesta nacional, un nuevo año escolar en los planteles públicos con más de dos millones de alumnos convocados, el que conllevará una inversión superior a los RD$180 mil millones, según las cifras que anuncian las autoridades.
No se celebrará en condiciones tan difíciles como el anterior debido a que los indicadores de la pandemia están menguados, pero deberá enfrentar grandes retos porque el COVID-19 continúa siendo una amenaza que hace imprescindible el estricto cumplimiento del protocolo.
Es obligatorio el uso de la mascarilla, el distanciamiento de 1.5 metros entre cada estudiante y gel antibacterial en cada aula, además de que los mayores de 12 años tienen que estar vacunados y se da por descontado que la totalidad de los docentes fueron inoculados.
Es una situación que provocará una alerta permanente para que no se vuelva atrás, por lo que se requerirá del compromiso de todos los entes que inciden en el sistema educativo.
Al tratarse de un ciclo lectivo a desarrollarse en condiciones extraordinarias, una cuota grande de responsabilidad recaerá en los maestros y en el gremio que los representa.
No es momento de polemizar, pero el liderazgo de ese gremio deberá tomar conciencia de que si en verdad está integrado por maestros de vocación su primera actitud debiera ser la de no afectar el calendario escolar.
También los padres deberán aportar, y más ahora con la entrada de la computadora al ambiente escolar, lo que representa una gran ventaja, pero lo sería mucho más si hay vigilancia e integración efectiva del padre o tutor.
En definitiva, nos abocamos a un año escolar que requerirá del mejor esfuerzo de todos, desde las autoridades nacionales hasta los maestros y los estudiantes y la sociedad en su conjunto.
Fue Mahatma Gandhi quien dijo alguna vez que un país subdesarrollado no puede nunca “darse el lujo de no invertir lo suficiente en la educación” de su pueblo.
Los que nos hemos formado en la escuela de antaño hemos aprendido que la educación es siempre una forma de sembrar la libertad.
