El vicepresidente ejecutivo de la Fundación Institucionalidad y Justicia (Finjus), Servio Tulio Castaños Guzmán, pidió ayer al Congreso Nacional aprobar el Código Penal a la mayor brevedad posible, debido a que es una pieza que data del siglo XIX.
Castaños Guzmán consideró que son los legisladores quienes tienen que tomar una decisión con relación a los debates que se producen con relación a las tres causales del aborto y la discriminación.
El dirigente cívico consideró que República Dominicana necesita lo más pronto posible una reforma del Código Penal acorde con el siglo XIX.
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Dijo también que en muchas ocasiones al sistema judicial se le dificulta tipificar un delito que no existe en el actual Código Penal que rige en República Dominicana.
El ejecutivo de Finjus recordó que una de las responsabilidades que tienen senadores y diputados es crear y modificar leyes.
“Necesitamos un Código que se adapte al siglo XXI y que pueda servir de herramienta efectiva al diseño de una adecuada política criminal, entonces hay una necesidad de que se apruebe la reforma al Código, lo mejor posible, pero hay que aprobar el Código Penal”, sostuvo Castaños Guzmán.
“La posición de la Fundación Institucionalidad y Justicia que ha venido haciéndole propuestas a todo lo que ha sido el proceso de reforma al Código Penal desde hace más de 22 años, evidentemente de que tiene que ser que se apruebe el Código a la menor brevedad posible, porque a fin de cuenta la modalidad del crimen cambió y hay tipos penales que el actual Código, que es del siglo XIX no lo contempla”, sostuvo.
Tres causales
El tema de las tres causales que establecen los casos en que el aborto sería legal en el país ha sido uno de los puntos más controversiales en el proyecto de reforma de la pieza. Estas son cuando la madre esté en peligro, cuando se trate de violación sexual o incesto y cuando la criatura sea inviable, no tenga posibilidad de sobrevivir al nacer.
Los integrantes de grupos provida encabezados por las iglesias y otros sectores sociales, y los que respaldan las causales, entre los grupos feministas y los LGBTQ, mantienen un pulso de años en torno a la penalización o no del aborto.
