Dicen algunos expertos que la variante ómicron, por su vertiginoso impacto, tiene de positivo que desnuda la falta de igualdad en el acceso a las vacunas y reafirma que se necesitan tres dosis y hasta una cuarta de refuerzo.
Pero no todos los países lo pueden lograr, lo que reactualiza el tema de la desigualdad en la distribución y acceso a los biológicos, pues todavía muchas naciones no han podido proteger a sus grupos más vulnerables y, peor, en las más pobres, incluidos nuestros vecinos haitianos, no han inoculado siquiera al 1% de su población.
Se dice que en 2022 la cantidad de vacunas dejará de ser un problema pues para mediados de año la Federación Internacional de Asociaciones de Productores Farmacéuticos tendrá 24,000 millones de unidades de inmunizantes.
Pero el problema no es la cantidad; sino que de por medio está la desigualdad en la distribución y el acceso.
Quizá haya que retomar la discusión de los primeros meses de la pandemia y que el papa Francisco reactualizó el lunes pasado: que las vacunas estén al alcance de aquellos que no han avanzado en el proceso de inoculación ni siquiera con una primera dosis.
El pontífice llamó a instituciones como la Organización Mundial del Comercio y la Organización Mundial de la Propiedad Intelectual a que adopten instrumentos jurídicos “para que las normas monopolísticas no constituyan un nuevo obstáculo a la producción y a un acceso organizado y coherente a la atención sanitaria a nivel mundial”.
En otras palabras, pone el dedo sobre la llaga para evidenciar que la mejor manera de garantizar la producción a gran escala de las vacunas y lograr la inmunidad colectiva mundial es eliminar patentes médicas para vacunas y medicamentos contra el Covid.
Ese movimiento pareció quimérico al principio, pero reivindicaba una causa noble al abogar por un plan de producción y distribución masiva de vacunas gratuitas para todos los países.
Todavía hoy, a dos años de surgido el problema, se discute sobre la salud de personas y países que no disponen de recursos propios para acceder a una vacuna.
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