Los altos niveles de inconducta y los antivalores que exhiben estudiantes de las escuelas públicas indican que es imprescindible un cambio de enfoque en la enseñanza, por otro con un componente cívico-psicosocial que, junto a los padres de los alumnos, impulse un nuevo modelo de crianza que cambie el norte de sus vidas, “antes que sea demasiado tarde para la sociedad”.
El presidente del Colegio Dominicano de Psicólogos (Codopsi), Hanoi Vargas, hizo la propuesta luego de observar uno de los videos que muestra a estudiantes del liceo Unión Panamericana sosteniendo sexo.
“Los patrones de comportamiento que estamos viendo hoy, donde prolifera el desafío a la autoridad, el uso de sustancias prohibidas, ausentismo escolar y comportamientos sexuales inapropiados, indican que es necesario un cambio de rumbo en la enseñanza pública”, expresó el también director de la clínica de la conducta Volver.
Indicó que esas inconductas son indicadoras de la deformación que presentan los estudiantes desde temprana edad, desde la enseñanza primaria.
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Precisó que, sin embargo “no tenemos un sistema de orientación escolar que identifique temprano esos problemas”.
Tanda extendida
Vargas consideró que el sistema educativo público debe abandonar el método tradicional de enseñanza de matemáticas, lengua española, historia y naturales y usar el sistema de tanda extendida para esa orientación psicosocial que propone.
“Situaciones como ésta deben llevarnos a reflexionar sobre la necesidad de intervenir el sistema educativo y esa tanda extendida y llevar a cabo un programa psicoeducativo, donde participe el psicólogo escolar y ayuden a esos jóvenes a tomar un norte diferente”, insistió el profesional que lleva más de 20 años trabajando con jóvenes con problemas conductuales, como el abuso de sustancias psicoactivas.
Cárcel o muerte
Dijo que seguir con el modelo actual de enseñanza, sin identificar y tratar tempranamente los casos de inconducta, es permitir que esos jóvenes sigan cayendo al vacío de la delincuencia, para luego corregir el mal castrando su futuro, encarcelándolos o quitándoles la vida.
“El sistema escolar tiene que tener la capacidad de captarlos sin estigmatizarlos, de crear una intervención para ellos y sus familias para prevenir la deformación a futuro”, insistió el profesional.
Aseguró que esas conductas inapropiadas repercuten en las familias y en la sociedad con múltiples problemas que, como los embarazos precoces, incentivan aún más la pobreza.
“Hemos invitado a un plan de trabajo que se enfoque en las escuelas, que use las mismas para ayudar a psicoeducar la población de manera temprana que incluya a los padres, para crear un sistemas donde ellos puedan asistir y ser orientados con un enfoque distinto a nivel de crianza y que estén advertidos de la deformación de la sociedad”, declaró.
Medidas
